El Festival Resis de música contemporánea cerró su sexta edición con la presencia del Cuarteto Diotima. Ha sido un viaje de tres intensas semanas en las que hemos disfrutado de grandes obras de la música contemporánea, pero también de sus eximios referentes del pasado. Este recorrido se ha extendido a otras disciplinas artísticas, consolidando al festival como una cita imprescindible en el mundo cultural en su sentido más amplio. Es justo reconocer que el éxito artístico y de público es el resultado de un equipo humano fantástico, liderado por Hugo Gómez-Chao. Todos sus integrantes comparten una visión del festival que va más allá de elaborar una programación. En cada evento, desde los más modestos hasta los más mediáticos, se percibe una dedicación y cuidado excepcionales para asegurar que el escenario, la iluminación, las presentaciones, y demás aspectos, funcionen a la perfección. Sin embargo, lo que destaca aún más es la empatía y calidez que se transmite a los asistentes, convirtiendo al Resis en una cita tan entrañable como imprescindible.

Quatuor Diotima en la Iglesia de Santiago © Xurxo Gómez-Chao | Festival Resis
Quatuor Diotima en la Iglesia de Santiago
© Xurxo Gómez-Chao | Festival Resis

Qué mejor clausura que la destacada presencia del Cuarteto Diotima, una formación indiscutible en el campo de la música contemporánea. Compuesto por cuatro músicos de distintas generaciones, pero igualmente apasionados y polifacéticos; resulta asombroso como logran encontrar el tiempo, la concentración y la energía necesaria para ofrecer interpretaciones, siempre en las antípodas de lo rutinario. Plantearon una estructura tripartita en torno a la atemporal Gran fuga de Beethoven, acompañada de dos referencias vanguardistas: el Cuarteto núm. 2 de Ligeti y el Cuarteto núm. 3 "Grido", de Lachenmann. La cálida e intimista sonoridad de la Iglesia de Santiago fue el entorno ideal para realzar estas obras. Su acústica, de una claridad pasmosa, permitió incluso escuchar con nitidez la inoportuna caída de un objeto al suelo en el Ex abrupto inicial del cuarteto de Ligeti. Anécdotas aparte, transitamos en los apenas cinco minutos del Allegro nervoso inicial por un abrumador mundo sonoro en el que la interpretación de los dos ferocissimos fue especialmente sobrecogedora por su claridad e impacto. El Sostenuto, aparentemente relajante, y el fabuloso juego rítmico del Meccanismo de precisione, resultaron absolutamente angustiosos y desquiciantes. Los adjetivos se agotan al describir la interpretación del Presto furioso, un movimiento brutal en el que dinámicas extremas de 5 “efes” se entrelazan con todo tipo de ataques y efectos ruidistas, que los músicos esculpieron de forma armónica e integrada. Las minimalistas texturas del Allegro con dellicatezza pusieron punto final a una interpretación memorable, de la cual afortunadamente el Diotima ya nos ha dejado su registro en CD.

Loading image...
Quatuor Diotima
© Xurxo Gómez-Chao | Festival Resis

Tras la exigente interpretación de Ligeti, qué mejor contraste para resetear la mente que sumergirse en el mundo de la Gran fuga; el más paradigmático ferocissimo beethoveniano. Fue un verdadero deleite para los sentidos disfrutar ya desde los primeros acordes de un perfecto equilibrio sonoro, adquiriendo cada instrumento su espacio y protagonismo propio. La precisión y claridad con la que se expusieron las diferentes voces fue fabulosa; sin embargo, lo que realmente cautivó fue la continuidad que el Diotima aportó a la interpretación, creando la sensación de un arco sonoro majestuoso y emocional. Fue una interpretación que transportó a los oyentes a un mundo de poderosa belleza y profundidad.

Grido permitió explorar el registro más intimista del Diotima. En esta obra, los procedimientos extendidos y la música concreta instrumental adquieren un papel secundario en comparación con las obras anteriores del compositor. Nos encontramos frente una sutilísima exploración de los recovecos más recónditos de la naturaleza humana, que curiosamente, tras el angustioso y ruidista clímax central, recreado por el Diotima con enorme impacto, nos retrotrae al Beethoven de la Gran fuga. No es casualidad que no solo el Diotima, sino también otros cuartetos como el Arditti hayan programado conjuntamente ambas obras. Fue el broche de oro a una gran noche de música de cámara en la que la voz de los cuatro solistas alcanzó una intensidad emocional a la altura de las más trascendentes obras sinfónicas. Una gran despedida para un Resis que sigue elevando año tras año su listón y que nos hace aguardar ya con expectación su próxima edición.

*****