Noche intensa y trascendental la vivida en el Teatro Monumental de Madrid, donde se presentó una versión de las partes segunda y tercera del magnífico oratorio Christus, una de las composiciones más importantes de Franz Liszt. Obra compleja, ecléctica, y de difícil ejecución; pero también atractiva e impresionante, sobre todo cuando podemos contar con versiones como la escuchada en esta velada.

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John Storgårds, solistas y la Orquesta y Coro RTVE
© Orquesta y Coro de RTVE

John Storgåds, director de amplia trayectoria, mostró una técnica excelente y consiguió que el interés no decayera nunca, combinando la inspiración con un análisis importante de la obra. Tanto los momentos más enérgicos como los más íntimos fueron recreados con solvencia y convicción, como quedó constado en las distintas secciones del impresionante Das Wunder (El milagro). Por tanto, fue un maestro muy adecuado para guiarnos a través de este gran fresco neotestamentario. Storgåds contó, además, con la complicidad de los excelentes Orquesta y Coro de Radiotelevisión Española. El coro estuvo magnífico en todas sus intervenciones, mostrando una gran preparación y ofreciendo muchos momentos memorables; entre ellos la sensacional actuación femenina en O Filii et Filiae (el Himno pascual). De igual manera, la orquesta mostró también encontrarse en buena forma, con mucha calidad en todas sus secciones y con solos estupendos.

Triunfo también para los solistas vocales, que se enfrentaron a la partitura de Liszt con pasión y resultados de gran calado, conectando admirablemente con la sabia dirección de Storgåds. La escritura del compositor húngaro debe mucho a diversos oratorios escritos anteriormente, pero también hay secciones de la obra que parecen estar inspiradas en escenas operísticas, siendo esto notorio en pasajes del Stabat Mater. Esta característica contribuyó al lucimiento de voces como las de la soprano Maria Teresa Leva y el tenor José Bros, ambos con gran experiencia en los escenarios de ópera, que mostraron belleza sonora y sentido dramático de alto nivel. Aunque sus intervenciones fueron principalmente dentro del cuarteto solista, tuvieron varias oportunidades de lucimiento, aun sin traicionar el contexto expresivo de la obra. La mezzosoprano Silvia Tro Santafé estuvo acertada en sus diversas intervenciones, desplegando siempre gran proyección e intensidad, más una vena dramática que destacó especialmente en el mencionado Stabat Mater. Al principio de la velada se anunció que el barítono Joan Martín-Royo sufría de una enfermedad, pero lo cierto es que en ningún momento dio muestras de cansancio o de encontrarse mal. Realizó su labor (la más extensa de los cantantes solistas) de manera admirable, con voz potente, a la vez que sensible, a todos los momentos de su difícil parte. Convenció especialmente en su forma de afrontar los recitativos.

Una velada a recordar, tanto por la grandeza de la obra, una de las perlas lisztianas, como por la calidad y entrega de los intérpretes.

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