El variado programa a cargo del joven director originario de Hong Kong, y actual titular de la Sinfónica de Navarra, Perry So, junto a la trompetista Lucienne Renaudin Vary completaron una propuesta de innegable atractivo. Desde el clasicismo de Haydn, el checo Smetana, y el post-romanticismo de Brahms, pasando por los acordes de los modernizados tangos porteños de Piazzola. Una innovadora oferta enmarcada en la celebración del espíritu del arte musical, signo distintivo de esta temporada del conjunto musical tinerfeño.

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Lucienne Renaudin Vary con la Sinfónica de Tenerife
© Miguel Barreto | Auditorio de Tenerife

Comenzamos con el celebrado Concierto para trompeta de Haydn, cuya partitura original se mantuvo perdida durante más de un siglo, y que gracias a su redescubrimiento forma parte del repertorio habitual de este inhabitual instrumento solista. Como no puede ser de otra manera, la obra se compone de los tres clásicos movimientos, Allegro – Andante – Allegro, en forma de sonata, si bien el compositor introduce importantes innovaciones en el uso de, en su época reciente instrumento, cuales son el desarrollo melódico y el cromatismo de su registro grave, lo cual implica al intérprete en un grado sumo de virtuosismo. En esta ocasión, la joven Renaudin acreditó un pleno dominio de la pieza, modulando de manera brillante volumen y tonalidades, sobresaliendo la cadenza del primer movimiento, todo ello en perfecta conjunción con la batuta en un notable y prometedor comienzo. El dominio de la respiración, una técnica asombrosa acompañada de una coreográfica interpretación hicieron las delicias del numeroso público ante una ejecución impecable.

La pieza Sarka, correspondiente al ciclo de seis poemas sinfónicos Mi patria de Smetana no suele ser la más habitual, siempre ocultada por El Moldava, en un profundo mensaje de evocación de este genial músico a su tierra natal. El maestro resaltó con brío los aspectos épicos y dramáticos de esta leyenda musicalizada, imponiendo ritmos rápidos y enérgicos muy apropiados a la partitura en una lectura abrumadora de gran impacto auditivo, extrayendo las mejores cualidades de la orquesta conjuntada sin fisuras en una lectura apasionada y segura a la que Perry So supo dar su impronta personal.

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Perry So al frente de la Orquesta Sinfónica de Tenerife
© Miguel Barreto | Auditorio de Tenerife

Una suite para trompeta de la ópera-tango María de Buenos Aires, del controvertido compositor y maestro del bandoneón Astor Piazzola, genera sin duda curiosidad ante la ausencia del genuino instrumento protagonista, pese a los habituales arreglos (en este caso el de Jérôme Ducros para trompeta). Ante lo exhibido en esta velada no cabe sino rendirse ante la maestría de Renaudin, que en modo alguno reinterpreta la obra, la actúa y recrea de forma espectacular y brillante, ofreciendo una versión de gran impacto, resaltando de manera perfecta las lánguidas entonaciones de la pieza. Pocas veces he escuchado como las llaves de una trompeta han abierto las puertas de tanta excelencia musical.

Tras el descanso la Sinfonía núm. 3 de Brahms culminó el denso programa ofrecido. Obra inserta en plena madurez artística del maestro de Hamburgo, rebautizada por sus contemporáneos como “la Heroica de Bramhs”, ofrece una sólida construcción y unidad temática, debida seguramente a la concentración en el tiempo de su creación durante un encierro vacacional de cuatro meses. Su exigente nivel interpretativo nos lleva desde los más sonoros acordes del primer movimiento, Allegro con brio, a las calmas tonalidades del Andante, ejecutados en esta ocasión de una forma un tanto anodina, carente del empuje que requiere esta joya del postromanticismo de la que cabe exprimir más notas de emotividad. Sin embargo el Poco allegretto resaltó con firmeza la melancólica melodía que domina este tercer movimiento, terminando con un Allegro final del que la segura batuta de So supo obtener todos los matices y cromatismos que adornan esta sinfonía. Un concierto realmente interesante, servido con notable calidad artística y sumamente innovador en las programaciones de la Sinfónica de Tenerife.

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