Un escueto pero interesantísimo programa conformó la propuesta de la Sinfónica de Tenerife en un nuevo lleno absoluto que viene a ratificar la brillantez de la actual temporada, combinando sabiamente obras habituales en los atriles con novedades en la programación, así como la colaboración tanto de intérpretes consagrados como con jóvenes promesas de venturoso porvenir. Poco cabe añadir en relación a piezas tan divulgadas como las que nos ocupan, aun siempre de grato reencuentro, especialmente cuando una batuta tan consagrada como la del germano Markus Stenz ocupa el podio con su habitual maestría y profesionalidad.

Loading image...
Orquesta Sinfónica de Tenerife con el chelista Truls Mørk y el director Markus Stenz
© Miguel Barreto | Auditorio de Tenerife

La primera parte de la velada fue ocupada por el Concierto para violonchelo de Dvořák en las virtuosas manos del noruego Truls Mørk y desarrollado en los habituales tres movimientos. Obra de madurez y a la que el autor checo dedicó las máximas atenciones en orden a su interpretación, constituye un hito romántico de la mayor relevancia y expresividad tanto por su riqueza melódica como por su prolija orquestación. El solista en cuestión aprovechó todos los matices y momentos de virtuosismo para exhibir su maestría y dominio de la obra en perfecto empaste con las amplias sonoridades de la orquesta dirigida con gran brillantez por el maestro Stenz, sin fisura alguna en esta brillante primera parte de la velada. En todo momento se acreditó el compromiso de Mørk con la obra así como con el acompañamiento orquestal sumatorio en gran medida para la excelencia de lo escuchado. Resulta complicado destacar cualquier aspecto en particular de la magnífica versión ofrecida por el violonchelo, siquiera el pleno compromiso por parte de todos los intérpretes tanto de los tempi como de los diminuendo y crescendo constantes, ejecutados con una seguridad pasmosa y de bello e impactante efecto, lo que contribuyó en gran manera al éxito del concierto.

Loading image...
Markus Stenz y Truls Mørk
© Miguel Barreto | Auditorio de Tenerife

De la conocidísima Sinfonía núm. 3 de Beethoven “Heroica” que se interpretó a continuación cabe esperar siempre la brillantez y exhuberancia de su partitura, sus álgidos y conmovedores momentos de arrebatadora pasión, enmarcados ya en pleno romanticismo musical. Markus Stenz exhibió nuevamente, aparte de un profundo conocimiento de la obra (dirigió sin partitura) y una elegancia tanto gestual como puramente musical, una visión bastante innovadora de esta sinfonía, dividiendo gran parte de las cuerdas en cada lado del escenario. Ello confirió a su dirección un efecto sonoro muy original y adecuado a la partitura, especialmente en los movimientos primero y cuarto, que fueron ejecutados con el brío y la fuerza que requiere Beethoven. Por contraste, se respetó en el segundo la lánguida melancolía de la marcha fúnebre, donde destacó enormemente el oboe, así como los sugerentes matices del Scherzo que componen el tercero; este fue, junto al espectacular final con sus constantes fugas y variaciones, uno de los mejores momentos de la noche. En este punto, el director invitado desplegó todas sus habilidades, ya acreditadas anteriormente, para alcanzar una excelencia y una interpretación casi rayana en lo memorable, con un sabio manejo de las masas orquestales que respondieron de forma unánime a sus precisas y expertas instrucciones.

Pese a algún que otro desajuste en los vientos en varios momentos de la Heroica, ello no fue óbice para una interpretación que en conjunto resultó sólida, original y de un elevado nivel de excelencia tanto por el desempeño del chelo solista, una auténtica sensación, como de la contribución del acreditado director, lo que sumado en conjunto brindó un excelente evento. En lo que se refiere a la elección de directores invitados, esta temporada de la OST está alcanzando elevadas cotas de calidad, que esperamos continúe en lo sucesivo.

****1