Un año más, a las puertas de la Semana Santa, la música de J. S. Bach sonó en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional. De la mano de Impacta, la Pasión según san Juan, en la versión del coro belga Vox Luminis y la Orquesta Barroca de Friburgo, anunciaba el inicio de unos días marcados por la liturgia espiritual de la religión católica. Bach vivió esta monumental composición como una forma en la que verter su fe interior; de esta manera, y siguiendo los textos de los capítulos 18 y 19 del Evangelio de san Juan traducidos por Martín Lutero de la Biblia, construyó esta “catedral musical”, la estrenó en Leipzig en 1724 y la retocó para cada una de las cuatro veces que la dirigió.

Loading image...
Orquesta Barroca de Friburgo y Vox Luminis
© Impacta

Tres siglos después, y tras innumerables versiones, la pieza sigue manteniendo su espíritu sobrio y circunspecto con el que refleja la gravedad de la narración. Quizás sea esta la esencia común que han mantenido las diferentes agrupaciones y batutas en torno a esta obra, la gravedad del drama, a la que también se rindieron la FBO y el coro Vox luminis.

El trabajo de la orquesta alemana es reconocido por su intención de reflejar fielmente las obras según el momento en el que fueron concebidas y, además, por su sonido original, propio. En la Sala Sinfónica, y bajo la dirección de la concertino Petra Müllejans, elevada para la ocasión en un pequeño podio, la agrupación alemana logró su objetivo de varias maneras. Por un lado, la agrupación, que apenas contaba con una veintena de músicos, conservaba así un tamaño similar al que Bach debió manejar en su día. Por otro, la situación centrada de las flautas, con los instrumentos del bajo continuo tras ellas y a un lado, y las cuerdas en el otro flanco, producía un sonido envolvente, muy sensible a los cambios dinámicos y al colorido de una cuidada orquestación (y todo ello a pesar de que no se pudo escuchar la viola d’amore por problemas mecánicos que fueron anunciados al inicio).

Orquesta Barroca de Friburgo y Vox Luminis © Impacta
Orquesta Barroca de Friburgo y Vox Luminis
© Impacta

Por su parte, el coro Vox Luminis, fundado por el bajo francés Lionel Meunier, quien lo dirigió en esta actuación, funciona como una agrupación en la que cada integrante también puede brillar en solitario. Así se percibió desde el coro inicial que abre la obra, los diecisiete intérpretes formaron un equipo compacto tan rico en matices como en sutilezas, que repartieron tanto en las partes del coro como en las arias solistas y cargaron de intenciones. Las pasiones están divididas en dos partes porque entre la primera y la segunda tenía lugar el sermón, además, la carga dramática está en la última parte, donde se suceden los hechos con gran velocidad. Pues bien, este hecho, la división, también marcó la interpretación de la agrupación belga, y mientras que en la primera parte las intensidades sonoras se mantuvieron equilibradas y se supeditaron a los fraseos, en la segunda cobraron más fuerza, jugando con los volúmenes y los timbres en favor de la intensidad emocional de la música y ofreciendo al público grandes momentos, como el que ruega a Jesús una vez muerto en el aria “Mein teureur Heiland”.

Al término, el público fue unánime y dedicó largos y calurosos aplausos para ambos conjuntos, pero las ovaciones se destinaron a Lionel Meiner y al contralto Alexander Chance.

****1