Residente en Bilbao, estudiante del Máster de Musicología Aplicada en la Universidad de La Rioja, Ingeniero Técnico Industrial, y actualmente centrando su carrera profesional en el desarrollo de software en una empresa de tecnologías de la información. Josu ha estado ligado a la música clásica desde joven, especialmente a la música coral. Cursó estudios en el Conservatorio Juan Crisóstomo de Arriaga y ha pertenecido a diferentes agrupaciones corales, como corista y director. En la actualidad es miembro del Coro de Ópera de Bilbao y participa asiduamente en la Temporada de Ópera organizada por O.L.B.E.-A.B.A.O.
Frank Peter Zimmermann guía al público del Palacio Euskalduna en un viaje musical a lo largo del continente europeo de la mano de Gaubert, Martinů y Dvorák.
Bajo la dirección de Jaime Martín, la BOS respaldó el inigualable sonido del Stradivarius que Ray Chen hizo vibrar con el magnífico concierto de Sibelius; la descriptiva Tres pinturas velazqueñas de Jesús Torres y la última y compleja sinfonía de Shostakovich completaban un programa estimulante.
Andrew Litton se puso al frente de la Orquesta Sinfónica de Galicia y la Sociedad Coral de Bilbao para interpretar Alexander Nevsky de Sergei Prokofiev.
El director Giancarlo Guerrero y el violinista Ning Feng fueron los protagonistas del concierto que llenó de aires rusos el Euskalduna con obras de Shostakovich y Tchaikovsky sobre los atriles.
El último concierto de abono del 2017 de la BOS llevó al Palacio Euskalduna el espíritu navideño junto a la Sociedad Coral de Bilbao, Naroa Intxausti y José Antonio López.
La Sociedad Filarmónica de Bilbao conmemoró el aniversario del nacimiento de Claudio Monteverdi con la interpretación de L’incoronazione di Poppea en versión concierto a cargo del Ensemble Matheus con Jean-Christophe Spinosi al frente y un fuerte elenco encabezando el cartel.
La Orquesta Sinfónica de Euskadi, bajo el título Revuelto ruso, ofreció un agradable revuelto de sensaciones, desde la emoción a flor de piel en la primera parte a cargo de Joaquín Achúcarro, hasta la montaña rusa sonora de Shostakovich con la que se puso punto y final al concierto.