¡Bachtrack cumple 15 años! En enero de 2008, Bachtrack.com comenzó su andadura. Tras quince años y muchos millones de visitas desde entonces, mi esposa y cofundadora Alison y yo podemos decir con toda honestidad que hemos llevado a miles de aficionados por todo el mundo a eventos en vivo. Hemos reunido un equipo de personas increíble que lo ha hecho todo posible y lo hemos hecho sin un solo penique de dinero público. Estoy muy orgulloso de lo que hemos conseguido hasta ahora y, aunque represente una gota en el océano de la cultura global, es suficiente como para que merezca la pena resaltar algunas historias de cómo ha evolucionado Bachtrack. La idea surgió porque yo había dejado de asistir a conciertos y óperas. Un fiel aficionado de la música clásica y la ópera, y no había presenciado un concierto o una ópera en vivo en muchos años. Nos dimos cuenta de que uno de los motivos principales era que, simplemente, no tenía ni idea de lo que había: peor aún, parte de lo que sabía era erróneo. “Las entradas de la Royal Opera House son prohibitivas” (cierto para muchas butacas, pero no todas), “es imposible conseguir entradas para Glyndebourne” (falso), “no hay otra ópera en Londres” (tremendamente falso). Tres años después de fundar Bachtrack, aún descubríamos nuevas salas de conciertos.
Lo que Alison y yo sí conocíamos eran nuestras habilidades: ella en análisis de datos y ventas, y yo en tecnología y gestión. Decidimos que el mundo necesitaba una herramienta online para ayudarle a llegar a los auditorios, y que entre ambos podíamos construirla. Así que nos pusimos a construir un motor de búsqueda específico para conciertos de clásica y ópera en Reino Unido.
A la hora de describir lo que ocurrió a continuación, podríamos hablar del efecto bola de nieve. Alison decidió que si se podía buscar conciertos en Reino Unido, no había motivo por el que no ampliar el sitio para todos los países. El paso más importante fue cuando determinamos que los motores de búsqueda no indexarían programaciones de eventos: el Googlebot quería “contenido pertinente”, es decir, artículos. Asi que Alison concluyó que deberíamos escribir algunos. Por lo tanto, comencé, titubeante y con una profunda sensación de síndrome del impostor, a escribir críticas y entradas de blog. Para mi sorpresa, no solo le gustaron al Googlebot, sino también a muchas personas: estaré siempre profundamente agradecido a Simon Majaro, el fundador de la institución benéfica musical Cavatina, por animarme a seguir escribiendo.
La siguiente y, aparentemente alocada, idea de Alison era que podría encontrar otras muchas personas que escribieran para nosotros gratis. Salvo que no era ninguna locura. Reclutó un variado y representativo grupo de colaboradores de muy diversa procedencia: Alan Yu, director financiero de una importante multinacional, organizaba sus reuniones de empresa en función de los conciertos a los que quería asistir por todo el mundo; Ken Ward, anteriormente taxista y después responsable de la Bruckner Society, ha olvidado más información sobre Bruckner de la que nosotros jamás conozcamos; Nahoko Gotoh, una musicóloga que aún sigue escribiendo para nosotros tanto desde Londres como desde su Japón natal, y cuya labor continúa siendo inestimable. A ellos les han seguido innumerables más: nos sentimos especialmente orgullosos (no sin cierta nostalgia) cuando jóvenes escritores que empezaron con nosotros pasan a puestos en grandes medios de prensa como el New York Times o el FT.
Si podíamos hacer todo eso, ¿por qué no hacer el sitio multilingüe? En 2013, nos mudamos del sistema de gestión de contenido Drupal a Plasmapp, un CMS que diseñé desde cero para optimizar nuestros complejos procesos de negocio: Bachtrack publica ahora en inglés, francés, alemán y español.
Algunos de nuestros críticos en español llevan escribiendo para nosotros desde 2015, recordamos con especial cariño a Fernando Remiro y Alberto Hernández Mateos, quienes escribieron las primeras críticas. Juan José Freijo ha escrito más de 80 reseñas, principalmente de ópera y conciertos vocales, mientras que el gallego Pablo Sánchez Quinteiro, experto en Mahler, ha sido aún más prolífico, con 145 reseñas hasta la fecha. Más recientemente, nuestra cobertura en español se ha hecho intercontinental con la llegada de Vishnu Bachani, que antes escribía para nosotros en inglés, pero ahora reseña conciertos desde Ciudad de México en español.
Cuando eres un editor web, la elección del modelo de negocio es crucial y difícil. Como cualquier otro, tenemos que seguir el ciclo de tres fases "contenido, visitas, dinero". Por mucha habilidad que el proceso de creación de contenido requiera, es el más fácil de los tres y está bajo nuestro control. La segunda fase, conseguir visitantes, es más difícil: requiere centrarse de manera implacable en la optimización de motores de búsqueda y una reinvención continua ante los cambios de la publicidad en línea y las redes sociales. La fase más difícil, por supuesto, es la monetización. Reitero que no somos una organización benéfica y no recibimos ningún tipo de subvención, y, para bien o para mal, hemos decidido ser una web de libre acceso al 100% financiada por la publicidad y los patrocinios. Hemos valorado la opción de funcionar con suscripción, pero realmente no nos seduce la idea y lo consideraríamos como último recurso.
Así que estamos increíblemente agradecidos a todos nuestros clientes, y especialmente a los primeros, quienes, cuando éramos una fracción de lo que somos ahora, confiaron en nosotros para que les diéramos notoriedad, reputación y/o venta de entradas entre el público de conciertos y ópera. La London Symphony Orchestra fue la primera, le siguieron las otras orquestas de Londres y la Bournemouth Symphony. Los BBC Proms llegaron poco después; Schubertiade fue el primer festival en convertirse en cliente, seguido del Cheltenham Music Festival; el Gran Teatre del Liceu fue el primer teatro de ópera en ser cliente y continúa siendo uno de los más influyentes.
Incluso después de todo este tiempo, me siento raro dirigiendo un negocio en el que nuestros usuarios y nuestros clientes son grupos diferentes de personas. Y cabe señalar que para muchos de nuestros clientes, el servicio más importante que prestamos es conseguir que se reseñen sus eventos, para lo cual, por una cuestión de principios periodísticos, nunca aceptamos dinero (a excepción de la provisión de alojamiento y viaje a los colaboradores en viajes de prensa). De alguna manera, somos capaces de resolver esas tensiones y hacer que las cosas funcionen, aunque me inquietan un poco aquellas organizaciones –generalmente las más grandes y con más dinero– que aceptan de buen grado los beneficios que les aporta Bachtrack, pero no tienen intención de pagarnos ni un céntimo.
Y de esos beneficios estoy totalmente seguro. En un momento en el que los principales periódicos nacionales de muchos países están reduciendo su cobertura de las artes tanto en cantidad como en calidad, Bachtrack se ha ganado una reputación intachable de publicación seria en todos los idiomas en los que publicamos. A nuestros extraordinarios escritores: os saludamos y os damos las gracias de todo corazón. Nuestra base de datos de programaciones es única: innumerables personas han dado fe de haber encontrado conciertos, ópera y danza en todo el mundo que de otro modo no habrían visto. A otros les resulta más fácil de usar que las propias páginas web de los promotores. Esto es posible solo porque nuestro equipo trabaja obsesivamente por la calidad de los datos, una obsesión que no suele darse en cautividad.
Como todo el mundo en las artes escénicas, tuvimos un primer año de pandemia realmente duro. Pero nuestros empleados y colaboradores respondieron magníficamente bien, perfeccionando sus habilidades, mejorando su eficacia en todo momento y manteniendo o incluso aumentando la calidad de su trabajo. Ante todo, son ellos los que han hecho que estos quince años sean tan fabulosos. Y la innovación continuará: los amantes de la danza deberán estar muy atentos a la web en febrero.
Traducido del inglés por Katia de Miguel