El 16 de febrero se estrena en el Teatro Real de Madrid la ópera El abrecartas de Luis de Pablo. La última gran obra escénica de un compositor con una larga trayectoria. Su pérdida, tristemente reciente, aún tiene compungido al mundo de la música contemporánea española. Un mundo en el que no solo fue creador, sino también maestro. La mejor prueba de ello es, precisamente, que uno de sus alumnos, Fabián Panisello, director y compositor, sea el encargado de la dirección musical de El abrecartas.
Nos recibe en el camerino que le han asignado en el Teatro Real, junto al escenario principal. Entre nosotros reposa, en una mesilla empequeñecida, la enorme partitura de la ópera. Su portada azul celeste en la que resalta el título: El abrecartas, se presenta para los ojos del escribiente como una especie de grimorio cuyos secretos tratan de poner a prueba nuestra capacidad de aguantar la curiosidad. Fabián Panisello alivia nuestras ansias de conocimiento haciéndonos un pequeño adelanto de lo que podremos encontrar en la ópera de Luis de Pablo: “Tiene una instrumentación muy rica. Luis leyó mucho a los franceses: a Debussy, a Ravel... Y luego, a su manera, recrea ese laboratorio de composición del sonido que es de la escuela impresionista, pero traído al siglo XXI. La paleta de Luis de Pablo no es la habitual, él piensa en mezclas que nos pueden recordar a Ravel en cuanto al afán de experimentación tímbrica. Hay mucho color, mucha variedad sonora”. Nos habla asimismo de otro aspecto característico de la obra: el ritmo. “La obra está basada en un desarrollo de elementos rítmicos. Algunos provienen de las palabras y otros no, y eso la hace muy variada”. También conseguimos que comente algo acerca de la parte vocal, en la que las cartas aparecen como pensamientos de los personajes en forma de arias y recitativos. “Sigue mucho la prosodia de las palabras. Para ello utiliza una escritura muy compleja con abundantes cambios de compás y de tempo, y alternancia de ritmos binarios y ternarios. Va cambiando constantemente y para los cantantes es muy exigente”.
En pocos minutos, la conversación comienza a irse por otros derroteros. Al igual que en su día del compositor se generó la música, es ahora la música la que invoca, de algún modo, la figura de Luis de Pablo. “Para mí fue una especie de mentor. Lo conocí en París, me ayudó a conseguir la beca con la que vine aquí a España y el trabajo que hice con él era tener reuniones en las que hablábamos de todo tipo de temas: literatura, música... Yo el oficio de compositor ya lo había estudiado. Hablábamos del repertorio, de los textos... estas eran las reuniones con Luis que teníamos cada semana, así que pudimos forjar una relación muy entrañable”, rememora Fabián Panisello.
Sin lugar a dudas, El abrecartas se estrena en un momento difícil, no solo por la pandemia de la covid-19, que ha afectado en cierta medida a la producción: “Debido a las normas actuales de espaciamiento debidas a la covid, tenemos a los instrumentos de viento metal y a la percusión en los palcos, a ambos lados del escenario, con lo cual el contacto acústico y visual es algo más difícil que el habitual”, nos describe vivamente Fabián Panisello. Sino que, además, se estrenará pocos meses después del fallecimiento del maestro De Pablo. Eso sí, su legado queda en las mejores manos posibles: “Tanto Xavier Albertí –el director de escena, también discípulo de Luis de Pablo– como yo hemos sentido una responsabilidad grande al llevar su última obra escénica al público. Lo estamos haciendo con mucho cariño, porque le queríamos mucho a Luis. Ambos teníamos una relación muy entrañable con él”.
No es solo la relación con el compositor lo que nos hace pensar en Fabián Panisello como la persona más adecuada para este estreno de El abrecartas, sino el profundo conocimiento que el argentino tiene sobre la obra de Luis de Pablo. Al hablar de la génesis de la ópera, comienza rememorando así el hogar del maestro: “Toda su casa era una biblioteca”, nos cuenta. “La sala donde nos sentábamos a charlar estaba llena de libros. Luego ibas al espacio de música donde él componía y encuentras montones de libros de música y partituras. Seguías por otro pasillo y había libros de otras temáticas: si allí había poesía, pues por aquí te encontrabas literatura inglesa; otro cuartito repleto de música oriental... Sus intereses musicales van desde la vanguardia de los cincuenta hasta músicas de tipo iraní, japonés o africano y todo tipo de músicas populares. Era un hombre que tenía muchas fuentes de influencia a nivel musical, pero también a nivel cultural. Todo este mundo de Luis de Pablo, este interés cultural, le han hecho ser un compositor muy particular”. El abrecartas es su última ópera y también una de sus últimas obras. Es por ello que ya nos encontramos con “un Luis de Pablo maduro que utiliza toda esa paleta cultural que tiene con gran maestría”.
Para seguir los pasos de la composición de El abrecartas, tenemos que hablar necesariamente de Vicente Molina Foix. El compositor bilbaíno tenía una relación estrecha con el escritor y libretista que ya dio sus frutos en anteriores colaboraciones, como la que originó la composición de la ópera El viajero indiscreto, estrenada en Madrid en 1990. En este caso, Panisello nos cuenta lo que escuchó del propio Vicente Molina Foix: “En un momento dado, en torno al año 2010, Luis le llamó y le dijo que con esa novela quería escribir una ópera y que quería que le hiciese el libreto”. Pero, ¿qué llevó al maestro de Pablo a querer hacer esta ópera? “Yo creo que le servía para revisar una parte de la historia de España y de su propia historia”. Nos cuenta Panisello. “Toca un tema álgido que Luis de Pablo estaba deseando expresar. Él dijo que era algo así como un testamento. Ocurren cosas que para él era importante decir y las expresa a través de esta obra”.
Para el que aún no lo sepa, la novela homónima de Molina Foix trata, a través de las cartas, la historia de diferentes personajes de la talla de Federico García Lorca, Eugenio d’Ors, Miguel Hernández o Vicente Aleixandre durante el periodo de la Segunda República española, la Guerra Civil y la postguerra. “Es una época que le pilló de niño a él. Perdió ahí un hermano, un padre... lo vivió en primera persona”, nos cuenta Panisello en referencia a De Pablo. “Los personajes históricos que aparecen en la obra: Lorca, Aleixandre, Hernández... debieron marcar mucho al joven Luis de Pablo con una identidad española en consonancia con la libertad de aquel momento previo a la dictadura”.
El libreto nos muestra a unos personajes que, de algún modo “están en una prisión, no podían expresar ni lo que pensaban, ni siquiera su amor de manera libre, y esa frustración está presente en la obra. ¡Pero eso no quiere decir que sea una obra oscura!” Nos advierte rápidamente Panisello. “Es una obra que tiene momentos de humor, sarcasmo... hay una danza que la llama «grotesca» que es muy divertida, chispeante. Es un retrato muy humano que nos acerca a los personajes mostrándonos la música que Lorca y sus amigos tocaban en su momento en sus reuniones: nanas, cuplés, un pasodoble que inventaban por diversión... todo eso lo recoge Luis de Pablo y lo pone en la obra”.
También le preguntamos acerca de las connotaciones políticas de la obra sobre un periodo que aún causa conflictos entre la sociedad española. Panisello es tajante con su respuesta: “Podrá levantar ampollas quizás en aquel que prime el trasfondo político de la ópera; pero en clave humana, El abrecartas plantea una problemática universal: gente que no se puede expresar libremente, que tiene que emigrar, que, en definitiva, tiene sobre sí misma una presión que le impide ser feliz. Cualquier persona que haya sentido esto ya sea en España o en cualquier otra parte del mundo puede llegar a conectar empáticamente con los personajes de esta ópera”.
Finalmente, le preguntamos al maestro sobre sus expectativas respecto a la ópera: “Espero que la gente se sienta tocada por esta temática y por esta música; que la gente participe y se quede pensando”.
La ópera 'El abrecartas' se estrena el 16 de febrero en el Teatro Real de Madrid, más información aquí.