Bachtrack ha publicado hoy la 25.000 crítica escrita para nosotros: la de nuestro Mark Pullinger sobre Wahnfried, de Avner Dorman, en el Festival de Longborough, una ópera sobre el legado de Richard Wagner que es realmente para entendidos. En los quince años transcurridos desde que dimos nuestros primeros pasos en el mundo de la crítica, hemos recorrido los cuatro puntos cardinales, desde Tokio hasta Vancouver, desde Bodø, en el Círculo Polar Ártico de Noruega, hasta Wellington, en Nueva Zelanda. En los últimos 12 meses, hemos publicado una media de 150 críticas al mes, en cuatro idiomas, de espectáculos en 37 países. Con cada crítica editada profesionalmente, somos el sitio de crítica de música clásica más prolífico del planeta.
Fotografías de críticas recientes
© See below (montage 1)
Tan asombroso como la extensión geográfica que abarcamos es el abanico de música y danza que cubrimos: desde música antigua a contemporánea; desde recitales solistas a obras corales a gran escala; desde incondicionales del repertorio operístico a producciones de vanguardia y piezas de nueva creación; desde creaciones de danza contemporánea a las obras canónicas del ballet clásico; desde los grandes teatros a las íntimas salas de cámara.
Nuestras críticas tienen larga vida. Este febrero, siete años después del estreno mundial de Play, de Alexander Ekman, la crítica de Laurine Mortha (en francés) se convirtió en la más leída en Bachtrack, suscitando un enorme interés después de que el Ballet de la Ópera de París reestrenara la obra en diciembre. La segunda más leída es la crítica de Raisa Massuda de 2013 de Fausto en la Lyric Opera Baltimore, que sigue acumulando cientos de visitas al mes, lo que no deja de impresionar dada la fecha. Y aunque no suscitamos muchas polémicas, nuestro crítico de piano más experimentado, Alain Lompech, destapó un intenso debate con su crítica del último recital de Khatia Buniatishvili en París. El redactor francés Tristan Labouret recuerda haber hablado por teléfono con Alain, quien se sentía mal por tener que escribir el artículo, pero repetía una y otra vez «bueno, alguien tenía que decirlo».
La mayoría de nuestras reseñas son de circunstancias más amables. La editora alemana Elisabeth Schwarz recuerda a Michael Vieth –el primer crítico que contrató para el equipo de Bachtrack– comenzando su trayectirua con una crítica que «no podría haber sido más grandiosa»: Herbert Blomstedt dirigiendo a la Sinfónica de Bamberg en la Quinta de Bruckner en el Kaiserdom de Bamberg. La editora española Katia de Miguel señala que reunir a grandes nombres puede garantizar un lleno absoluto pero quedarse corto artísticamente, pero ése no fue el caso de la última Flauta mágica del Liceu, descrita maravillosamente por Juan José Freijo, que «sobresale en el arte de atraer al lector desde el principio y hacerle leer hasta el final». Y aunque es sabido que artistas como Jordi Savall merecen sus habituales cinco estrellas, puede resultar difícil explicar las razones con tanta sensibilidad como en el relato de Leonardo Mattana Ereño sobre el programa de Savall «Oriente y Occidente» en el Palacio Real de Madrid.
Pero lo que más deberíamos celebrar es la calidad de nuestras mejores críticas. El editor inglés Mark Pullinger lamenta el efecto que tiene en su cartera el hecho de que «algunas críticas den vida a la producción de forma tan vívida que tienes que ir y reservar para verla tú mismo». Uno de estos casos la temporada pasada fue la crítica de Mark Valencia de la (brillante) nueva Muerte en Venecia de la Welsh National Opera". Mark también recuerda –con algo más que una pizca de tristeza– la brillantez del difunto Matthew Rye, «cuyo análisis del controvertido ciclo del Anillo de Frank Castorf en Bayreuth era muy perspicaz, pero presentaba su erudición de manera ligera».
Para Tristan Labouret, es la capacidad de Romain Daroles de resumir toda una velada en un artículo: la reseña de Romain sobre Maria João Pires y Matthias Goerne en Gstaad equivalía a «una pequeña obra maestra literaria, que da a un recital las dimensiones de la eternidad». La editora de danza Deborah Weiss está maravillada con Carla Escoda, que reside en Nueva York (aquí está su último artículo, desde el Joyce Theater), que tiene "un poder de descripción tan fuerte que puedo imaginarme exactamente lo que ha visto en el escenario. Escribe con empatía pero con auténtica autoridad y sabe cómo hacer que el lector visualice un ascensor o una serie de escalones presentándolos metafóricamente". Elisabeth se siente más orgullosa de la crítica de Alexandra Richter en Baden-Baden de Die Frau ohne Schatten –«una brillante crítica femenina que cubre a una brillante directora mostrando la ópera de Strauss desde una perspectiva femenina, muy necesaria, y haciendo las preguntas incómodas que los hombres, demasiado a menudo, ignoran».
Algunos de nuestros críticos son artistas en la actualidad, o lo han sido. Deb elogia la habilidad de Katie Lawrence, afincada en Sydney, «para evocar una imagen vívida tanto del decorado como de los efectos visuales, además de una descripción matizada de lo que se siente al bailar los pasos». Tiene un profundo conocimiento y experiencia de lo que se necesita para ejecutar una coreografía y a menudo compara lo que está viendo con temas más afines que son más obviamente accesibles al público en general". A Tristan le ha emocionado ver el desarrollo de Pierre Liscia-Beaurenaut, un joven violinista que ahora se ha convertido en miembro del Quatuor Metamorphoses, protegés del Quatuor Modigliani (a quienes Pierre reseñó para nosotros en 2019). «¡Se nota», observa Tristan, «que ya sabía de lo que hablaba!».
Por suerte, no nos tomamos muy en serio a nosotros mismos y sonreímos ante titulares como “Why, why, why Dalila?”, de la crítica de Hugo Shirley sobre otra decepcionante producción de la Staatsoper de Berlín, o con «Eine so lala bohème an der Wiener Staatsoper» («so lala» se traduce como «tan-tan»), de Isabella Steppan. O puede ser un giro de la frase, como cuando Roy Westbrook provocó carcajadas describiendo la obertura de un Don Giovanni de Longborough en el que el Don se entrega a varios episodios de actividad sexual, saliendo de cada uno vestido para un deporte diferente: «Si quieres intentarlo en casa», bromea Roy, «deberías saber que la obertura de la ópera dura sólo seis minutos».
Y por último, me quito el sombrero ante algunos de los críticos que han tenido la distinción de escribir para nosotros en más de un idioma: Elodie Olson-Coons, Beate Langenbruch, Julie Jozwiak y, por último, pero no por ello menos importante, la vienesa «Snapdragon», que se ha convertido en una firme amiga de Mark y Elisabeth, con quienes comparte su amor por Erwin Schrott, como demuestra en esta crítica de Carmen de 2023.
Así pues, un sincero agradecimiento a nuestros maravillosos editores y a nuestros maravillosos críticos. El trabajo que habéis realizado es excepcional y un importante regalo para el mundo de la música. Que continúe por mucho tiempo.
Traducido del inglés por Katia de Miguel
Créditos de imágenes, montaje 1 (de izq. a dcha. y de arriba a abajo): Richard Termine, Chris Lee, Pavel Hejný, LSO/Mark Allan, Vincent Pontet, Photography by ASH, Maxime Guthfreund, Marc Brenner, Matthew Williams-Ellis, Marko Djokovic/Belgrade Philharmonic, Monika Rittershaus, Marco Sommer/Volksoper Wien, Chris P Lim/Singapore Symphony Orchestra, Kirsten Nijhof, Gert Mothes, Tristram Kenton, Ingo Schaefer, Thomas Amouroux, Tristram Kenton, Eduardus Lee, Wiener Staatsoper/Michael Pöhn, LSO/Mark Allan, Craig Abercrombie, Paula Lobo
Créditos de imágenes, montaje 2 (de izq. a dcha. y de arriba a abajo): Andrew Beveridge, Tristram Kenton, Glyndebourne Productions Ltd/Richard Hubert Smith, Glyndebourne Productions Ltd/Tristram Kenton, Press office of Classic Violin Olympus, Barbican/Mark Allan, Andrej Uspenski/RBO, Wiener Konzerthaus/Andrea Humer, Phoebe Tuxford/NZSO, Elizabeth Asher, courtesy of the Los Angeles Philharmonic Association, Dutch National Opera/Ruth Walz, Paula Lobo, Won Hee Lee, Evan Zimmerman/Met Opera, Prague Spring Festival/Petra Hajská, Erin Baiano, Mihaela Bodlovic, RBO/Monika Rittershaus, Maria Baranova, Teatro alla Scala/Brescia e Amisano, Michael Cooper, Chris Lee, Alice Blangero