Jonathan Brown se unió al Cuarteto Casals en 2002. Nació en Chicago en 1974, estudió en la Juilliard School y en la Universität Mozarteum en Salzburgo. En la actualidad es profesor de viola y música de cámara en la ESMUC de Barcelona y profesor asistente en la Escuela Reina Sofía de Madrid.
¿Cuál es su paraíso de música de cámara?
Buenos amigos, buen vino, un público de músicos de cámara aficionados en un entorno bonito y mucho tiempo para experimentar con todo tipo de ideas y formas de comprender la partitura.
¿Con qué tipo de errores es más tolerante?
Notas falsas en un concierto de alguien que está abierto a las posibilidades del momento.
¿Cuál es el compañero ideal en un cuarteto?
Alguien que sea capaz de reaccionar a los impulsos de los otros tres componentes y al mismo tiempo llevar su parte a su máximo potencial.
¿Cuál es su mejor característica cuando toca?
Eso es muy difícil de responder, me resulta prácticamente imposible verme a mi mismo desde fuera. Me gustaría creer que una de mis mejores características fuera el ser capaz de comprender cómo las distintas voces encajan entre sí, cuál es el papel de cada una de ellas en un momento dado y mi intento por entretejerlas en una narrativa coherente.
¿Cuál es su mayor defecto?
De nuevo, ¿quién sabe? Pero lo que acabo de explicar implica muchos detalles que forman parte de una cadena de eventos; es fácil perder la perspectiva de la cadena y quedar absorbido por un eslabón concreto.
¿Qué es lo que más le gusta hacer (además de tocar la viola, por supuesto)?
No hay nada que me guste más que estar con mi mujer y mis hijos, pero si una tarde estuviera solo y liberado de trabajo, probablemente la pasaría leyendo y tratando desesperadamente de sacar una, solo una, preciosa fotografía.
Si pudieras ser cualquier persona de la historia de la música, ¿quién te hubiera gustado ser?
Dejando de lado el asunto de los avances médicos, por lo que me alegro de vivir en el siglo XXI, no puedo imaginar una experiencia artística mayor que estar en la cabeza de Mozart. ¿Quién sabe cuánta música pudo imaginar y nunca llegó a escribir?
¿Cuál es su cuarteto o movimiento de un cuarteto favorito?
Por supuesto, es prácticamente imposible elegir uno, pero si tuviera que hacerlo, quizá la Gran fuga. No hay nada igual por su enorme alcance y profundidad emocional / filosófica / religiosa - la Missa solemnis para cuatro voces individuales.
¿Cuál ha sido su concierto más especial?
Hay muchas maneras por las que un concierto podría describirse como especial, pero de vez en cuando ocurre que el instrumento, literalmente, toca solo durante todo el concierto y tanto desde dentro como desde fuera todo encaja a la perfección. La orden que me doy en esos momentos es no interrumpirme; ¿por qué pasa eso cuando pasa? nunca lo sabré.
¿Cuál ha sido su decepción musical más grande?
Sin lugar a dudas la cantidad de obras que nunca llegaré a tocar: incluso yendo a todo tren durante los próximos treinta años. Hay demasiada música para cuarteto de cuerda magnífica, como para siquiera tener la sensación de que conoces toda.
Si se reencarnara en un instrumento musical (uno distinto a la viola), ¿cuál elegiría?
La voz de Jessye Norman: imagínese ser parte de esa resonancia.
¿Cuál es su lema como violista?
Ser curioso.
Traducido del inglés por Katia de Miguel