Cuando uno piensa en Tenerife, lo primero que le salta a la mente es playas de arena, tumbonas y cócteles. Pero la mayor de las Islas Canarias también alberga la Orquesta Sinfónica de Tenerife, con sede en Santa Cruz, la cual se encuentra entre las orquestas sinfónicas más valoradas de España. Arrancó su andadura como orquesta de cámara (en 1935) y alcanzó el status de sinfónica en 1970. En su segunda temporada junto al nuevo director principal Antonio Méndez, la orquesta presenta un programa de 19 conciertos que abarca los siglos desde Johann Sebastian Bach hasta Daniel Bjarnason.
De la nueva temporada destacan los tres programas dedicados a Robert Schumann, todos dirigidos por Méndez, en los que se ofrecerán las cuatro sinfonías y los tres conciertos. Aunque hay una calle Robert Schumann en el sur de la isla, Schumann, siempre reacio a viajar, nunca visitó España, (su gira de conciertos por Rusia en 1844 le provocó una profunda depresión).
La génesis de las cuatro sinfonías de Schumann se sitúa entre los años 1841 y 1851, un período prolífico de composición. Frente a la estela de Beethoven, las sinfonías de Schumann son más pequeñas en tamaño y aspiraciones, tienen un corte clásico que las sitúa cerca de Felix Mendelssohn (de quien Schumann aprendió mucho sobre orquestación y dirección). La Primera y Tercera sinfonías son las más conocidas de las cuatro, posiblemente por sus apodos: la Primera lleva el subtítulo "Primavera", según Clara Schumann porque se inspiró en las líneas finales del poema de Adolf Böttger Frühlingsgedicht; la Tercera lleva el subtítulo "Renana" tras el viaje de los Schumann a Renania, de la que el cuarto movimiento representa la Catedral de Colonia.
La Tercera fue en realidad la que compuso Schumann en último lugar. La Cuarta sinfonía data de 1841 (el mismo año que la Primera), pero Schumann la revisó diez años después, antes de publicarla. Sin embargo, Johannes Brahms prefería la versión original y dispuso su publicación. Méndez y la Orquesta Sinfónica de Tenerife presentan la versión más antigua por primera vez de la Cuarta de Schumann.
El Concierto para piano de Schumann es una obra habitual en el repertorio, sin embargo, los conciertos para violín y violonchelo se escuchan con menos frecuencia. Solistas de la talla de Inon Barnatan, Jean-Guihen Queyras o Veronika Eberle, sin lugar a dudas, harán sonar los tres conciertos tal y como se merecen.
La temporada de la Orquesta Sinfónica de Tenerife ofrecerá también conciertos temáticos. Se abre con un programa anclado en el mar. Desde las sacudidas de la tormenta de The Flying Dutchman y Peter Grimes, pasando por Italia para ver Fuentes de Roma Respighi y terminar con La Mer, de Debussy, que representa el mar en todos sus estados de ánimo y colores.
Mendelssohn escribió la música incidental para El sueño de una noche de verano de Shakespeare en 1842, dieciséis años después de que tejiera la magia en su Obertura, pero retomando milagrosamente el hilo exactamente donde lo dejó. Alexander Medem dirigirá a los actores en una versión de concierto de esta maravillosa música de hadas. Mendelssohn es también el protagonista de uno de los grandes atractivos del año: la primera interpretación de la orquesta de Elijah. Víctor Pablo Pérez dirigirá un elenco que incluye a Mark Stone como el profeta del Antiguo Testamento.
Los solistas estrella que figuran en Tenerife esta temporada incluyen a Alban Gerhardt (interpretando el Concierto para violonchelo de Elgar en mi menor) y Rafał Blechacz (Primer concierto para piano de Chopin). Veronika Eberle será una habitual la próxima temporada. Además del Concierto para violín que Schumann, que rara vez se escucha, interpretará los conciertos de Bartók y Haydn.
La OST mantiene un compromiso con la música contemporánea y ofrecerán dos estrenos mundiales de los compositores de tinerfeños Rubens Askenar y Gustavo Trujillo. La obra de Askenar, Lloro del vino. O alegoría de las heridas es una gran pieza sinfónica, programada temáticamente para seguir extractos de Parsifal, el Bühnenweihfestspiel de Wagner tradicionalmente realizado alrededor del tiempo de Pascua. La de Trujillo, Tangaraste debería subir los decibelios ya que es un concierto para cuatro percusionistas. Tangaraste está programada junto a Collider, de Daniel Bjarnason, un trabajo de quince minutos escrito para un gran conjunto orquestal que incluye una armónica de vidrio.
El repertorio poco habitual no se limita a las obras contemporáneas. Polonia de Sir Edward Elgar se estrenó en el Polish Victims' Relief Fund Concert en el Queen's Hall de Londres en julio de 1915. Se basa en la música nacional polaca y en las obras de Chopin y Paderewski, el último de los cuales pasó un breve período como Primer ministro de Polonia en 1919.
La Sonata para flauta "Undine" de Carl Reinecke es bastante conocida, no lo es tanto su Concierto para flauta en re mayor, una auténtica rareza. Fue compuesto en 1908 y está lleno de un ardor romántico tardío, a veces ha sido descrito como el tipo de concierto para flauta que Brahms podría haber escrito (¡si no hubiera estado tan enamorado del clarinete!). El flautista suizo Sébastian Jacot se presenta junto a la OST y Gergely Madaras en noviembre.
La temporada termina a lo grande con la sinfonía más larga del repertorio habitual, la poderosa Tercera de Mahler, para cerrar un programa rico y variado en Tenerife.
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Este adelanto está patrocinado por el Patronato Insular de Música de Tenerife