Leonardo Mattana (1988) es Doctor en filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid y actualmente investigador post-doctoral en esa misma universidad. También ha cursado estudios de piano, composición, teoría musical e historia de la música en el conservatorio de Sassari (Italia). Sus pasiones musicales son trasversales, privilegiando la música sinfónica y de cámara, pero sobre todo, buscando siempre en la experiencia estética de la música elementos de reflexión.
La joven aun execelente formación Orquesta da Camera y la pianista Maria João Pires ofrecieron un concierto excelente lleno de bellos y comedidos momentos.
La Antártida no será nunca probablemente un lugar muy hospitalario, pero acompañado por la música de Bach se nos quedó impreso como un paraje de la mente en el que reflexionar, acompañados por esa calma que solamente esa irreal lejanía puede conceder.
Santtu-Matias Rouvali dirigió Schubert y Saint-Saëns frente a la Orquesta Nacional de España en dos obras que mantienen afinidad por su riqueza melódica, su impulso y sus contornos nítidos.
Jordi Savall y Pedro Estevan ofrecen un íntimo diálogo de músicas con las que reencontrarse, y redescubrir con ellas el Mar de culturas y sonidos de los que nos hemos alejado.
El Teatro Real estrena una nueva producción de Rusalka, ópera de Dvořák que enfrenta el mundo mágico y el mundo real, dirigida por Ivor Bolton y Christof Loy.
La Orquesta y Coro Nacionales han hecho posible de la mano de William Christie y de los solistas invitados olvidarnos en gran medida de la complicada situación actual, con la fuerza indomable de Beethoven en un concierto que desplegó gran calidad musical, maestría y vitalidad.
Es de agradecer el compromiso y el esfuerzo que el Teatro Real ha llevado a cabo, intentando demostrar como es posible programar y realizar eventos culturales en tiempos convulsos.
Con Schubert disfrutamos de un universo que tiene un sabor melancólico, pero sereno, sin nostalgias ni reproches, en el que parece que las melodías nunca se agotarán.
Leonidas Kavakos y Enrico Pace sumergieron al público en la creación camerística de Beethoven con las tres últimas sonatas para violín y piano que este compuso.
En la primera cita de 2020 de Ibermúsica se presentaron la legendaria Filarmónica de San Petersburgo, con quien es su director desde 1988, Yuri Temirkanov y el joven pianista Behzod Abduraimov para el Concierto de piano núm. 1de Tchaikovsky y la Cuarta sinfonía de Brahms.
Christian Gerhaher y Gerold Huber transitaron por despedidas, desencuentros y desesperación en una cuidada selección de lieder de Mahler. Ambos intérpretes, profundamente compenetrados, ofrecieron un bellísimo recital como parte del Ciclo de Lied.
El programa, dirigido por Juanjo Mena ofreció dos maneras de estar al mundo y dos formas muy distintas (y distantes) de pronunciar ese Adiós a las armas, en lo que debiera parecer el ocaso de Europa después de la Primera Guerra Mundial.
Una composición cuyo rasgo fundamental es su dulzura y su delicadeza que se introducen y conviven con la seriedad del momento narrado, esto es, el nacimiento de Jesús de Nazareth.
Un concierto magistral, de altos vuelos, gracias a intérpretes excepcionales, Martha Argerich y la Kremerata Baltica, además de un programa interesante y equilibrado.
Una tarde que nos dio que pensar sobre el destino de los héroes y la insondabilidad de los oráculos: reabrir la herida sobre lo humano, demasiado humano.