En el corazón de Colombia, Bogotá ha construido durante más de medio siglo una reputación que la sitúa hoy como una de las capitales culturales más vibrantes de América Latina. Reconocida como Ciudad Creativa de la Música por la UNESCO y considerada Capital Musical de América, Bogotá tiene una expansión internacional innegable. La música clásica nutre ese rico ecosistema cultural del que goza la capital colombiana gracias a una amplia agenda de eventos, a un sistema de orquestas y a unos auditorios repletos de historia a los que acude cada semana un público cosmopolita y de oídos abiertos. Por eso, no solo es natural sino esperada la llegada de una competencia como el Concurso Internacional de Violín Ciudad de Bogotá, una iniciativa que busca posicionar a la ciudad como referente mundial en música clásica.
Organizado por la Secretaría de Cultura de Bogotá, el Teatro Mayor y la Orquesta Filarmónica de Bogotá, el Concurso está dirigido a violinistas de hasta 30 años provenientes de todo el mundo y se establece desde ya como único en su especie en Latinoamérica. “Queremos que el concurso de violín sea disruptivo y acompañe al menos durante una semana la vida cotidiana de esta ciudad”, afirma Santiago Trujillo, Secretario de Cultura de Bogotá, sobre esta competencia que se desarrollará entre el 31 de octubre y el 7 de noviembre de 2025.
Entre los principales diferenciales del concurso no solo está la dotación de los premios, que suma 70.000 dólares, sino también el componente formativo, social y cultural de este encuentro. Se cubren todos los gastos de viaje, incluido billetes de avión, para los 20 participantes seleccionados, en un evento busca fortalecer tanto al gremio de los violinistas y músicos, como al público de la capital. Así lo asegura Santiago Trujillo: “el concurso tiene que dejarle muchos beneficios a la ciudad. El primero es el del público sinfónico, que nunca ha vivido la emoción de un concurso y que va a tener un nuevo formato para gozarse la música clásica. Creemos que va a ser un regalo para esa audiencia que lleva formándose 50 años en la ciudad. El segundo, es que haya un diálogo creativo y un proceso formativo en donde los violinistas de Bogotá y de Colombia puedan intercambiar sus procesos con intérpretes de alto nivel mundial”.
Para lograr el intercambio del que habla Trujillo, las bases del Concurso estipulan que los participantes seleccionados deben comprometerse a impartir una clase magistral dirigida a violinistas de la ciudad, con las que se espera impactar, entre otros, a más de 30.000 niños y niñas beneficiarios del programa de educación musical “Vamos a la Filarmónica”, liderado por la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Además, el Concurso incluirá espacios de intercambio artístico con maestros internacionales, entre los que se incluyen los seis miembros del jurado: Lee-Chin Siow (Singapur), Silvia Marcovici (Rumania), Alexis Cárdenas (Venezuela), Leticia Moreno (España), Birgit Kolar (Austria) y Lucie Robert (Estados Unidos).
Esta iniciativa está inspirada en el sólido ecosistema sinfónico de Bogotá, una ciudad que recibe a los principales solistas y ensambles del mundo en auditorios como el Teatro Mayor, el Teatro Colón o la Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango. Además, tiene su propia Orquesta Filarmónica que ha desempeñado un papel fundamental en la formación de públicos e intérpretes. En palabras de Trujillo, “es una orquesta que lleva más de 50 años construyendo un público que ama la música clásica, que cumple 15 años haciendo un sistema orquestal juvenil e infantil en los colegios y en los barrios populares y que ha logrado dinamizar al menos unas seis agrupaciones sinfónicas juveniles”.
Otro de los grandes distintivos y de las apuestas del certamen es el encargo de una obra inédita que los participantes tendrán que ejecutar en concurso y cuya mejor interpretación será premiada con 20.000 dólares. En esta primera edición, la pieza estará a cargo de Carolina Noguera, una de las compositoras colombianas más relevantes del panorama. Santiago Trujillo destaca que “este es un mensaje claro y contundente de que aquí se compone el repertorio para instrumentistas e intérpretes de primera talla y que Colombia tiene compositoras de alto nivel que están haciendo propuestas y exploraciones sonoras realmente significativas. Nos encantaría que los violinistas se quedaran con esta pieza en su repertorio, que Carolina Noguera fuera interpretada en otras partes del mundo y que la pieza se vuelva parte del repertorio violinístico de América Latina”.