Dos mundos muy diferentes en lo musical se daban la mano en el plano de lo simbólico, en la dimensión del viaje y de la luz, como lugar de salvación, protección o iluminación. Especialmente se atendía el estreno de Hacia la luz (... ἐς φάος ...) de Sánchez-Verdú, compositor entre los más destacados de su generación, con una obra de encargo por la propia Orquesta y Coro Nacionales de España, que ponía música nada menos que a los versos del Poema de Parménides.
Los medios requeridos para la ejecución de dicha obra resultaban sugestivos: una nutrida orquesta con órgano, un gran coro masculino (de hecho el Coro Nacional estaba integrado por el Coro de la Comunidad de Madrid, el Coro RTVE y la Coral de Cámara de Pamplona), un pequeño coro femenino y una intérprete de teatro nō japonés. Todo ello coordinado y articulado por un director atento y experto como Miguel Harth-Bedoya. El resultado es una obra eclética en el lenguaje musical que se concentra en recrear atmosfera de un tránsito, de una ascensión del poeta-filósofo (representado por el coro masculino) hacia el saber verdadero, concebido como lugar de iluminación y, al mismo tiempo, alteridad radical, de ahí la elección de una voz del teatro japonés. Más allá de las conexiones internas y analógicas que la interacción entre texto y música puedan tener para el compositor, probablemente lo más interesante de la obra en el plano musical sea la pulsión y el automovimiento que recorren la obra, encajando diversos lenguajes y devolviendo una amalgama tímbrica y una sonoridad reconocible. En cuanto la ejecución, Harth-Bedoya privilegió ante todo la claridad en el gesto al dirigir, un desarrollo nítido y una coherencia en las texturas a lo largo de toda la obra. Algunas de las partes solistas de la orquesta fueron especialmente exigidas y resolvieron con agilidad las dificultades, así como el pequeño coro femenino –situado en un lateral– irradió con sus destellos sobre la sala y Ryoko Aoki que contribuyó a ese cariz enigmático de la obra. El coro masculino resultó empero algo desequilibrado en algunos momentos, tal vez debido a su mole, perdiendo una centralidad que el texto sin duda le atribuye.