En su paso por la cuadragésimo quinta edición del Festival Ensems, Ensemble Maja ha dejado patente su savoir-faire al presentar con desparpajo y gran prestancia un programa dedicado a homenajear a György Ligeti en el centenario de su nacimiento. Además de dos títulos del húngaro, Aventures y Nouvelles aventures, el conjunto galo interpretó dos estrenos, uno en España y otro mundial, de sendas páginas con marcada influencia ligetiana.
La partitura de Least Bee está firmada el 1 de mayo de 1992, poco tiempo después de que su autor, Stefano Gervasoni, participara en un curso de perfeccionamiento impartido por Ligeti. Por este motivo, la quietud a la que invita esta pieza podría considerarse influencia de la música microtonal del húngaro. Es una suite en cinco partes para soprano y pequeño grupo (flauta, clarinete, piano, violín y chelo). Cada una de ellas toma un poema de Emily Dickinson, cuya temática fluctúa entre el distanciamiento, el amor y la naturaleza. El tratamiento del texto no es melódico, sino que el compositor separa y aleja las sílabas de cada palabra, dando lugar a un interesante juego de texturas y timbres al superponerlas a los instrumentos. La lectura del Ensemble Maja resultó de una ligereza tímbrica sublime; llena de contrastes entre secciones en las que el piano se utiliza como un güiro al rascar las teclas blancas con una baqueta, momentos puntillistas y una cantidad infinita de glissandi y sonidos aflautados que invitan a la melancolía. Mención aparte merece el trabajo de Anne-Laure Hulin. El cuarto poema, 1602, es un solo para soprano en la línea de títulos como Aria, de Cage, Sequenza III, de Berio, Hymne an Lesbierinnen, de González Acilu, o Jitanjáfora, de Barber. Siete minutos de canto (la obra completa dura quince) en los que la solista ha de mantener un constante aleteo, senza respiro, sólo interrumpido por notas acentuadas. Hulin mostró una óptima colocación de la voz, bonito timbre y dominio de las dinámicas y del filado. Por poner algún pero, aunque nimio dada la dificultad, se echó en falta un poco más de distancia con la partitura y fantasía interpretativa en la sección central.
El programa de mano no ofrecía mucha información sobre el estreno absoluto de la tarde, Hyperréalité. Sabemos que fue un encargo de Ensemble Maja al compositor franco-brasileño Januibe Tejera, con la condición de que utilizara una orquestación similar a la que empleó Ligeti en Aventures y Novelles Aventures. Esto es, el quinteto de la obra anterior, ampliado con una trompa, y dos voces más (mezzo y barítono). Fue un buen preámbulo para las piezas de Ligeti, con unas texturas y planos sonoros muy bien trabajados. En la introducción, la plantilla instrumental produjo una sonoridad un tanto flácida, que contrastó con el poderoso y potente tutti, aparentemente caótico, que la cierra. Continuó una sección en la que los sonidos largos mantenidos por el trío solista contrastaban con los más articulados de los vientos. La tercera sección resultó mecánica, debido a la superposición de los crujidos de una carraca sobre un ostinato de la percusión, y la cuarta, una divertida e irónica oda pastoril, con balidos de ovejas y adorno floral incluidos. Un gran coral de amplia sonoridad sirvió de conclusión.