Por si no fuera suficiente la maestría de una Xelo Giner, original y genuina, el compositor Miguel Ángel Berbis la multiplica al crearle cuatro avatares en la pieza X-elo, donde comparten escenario con la de carne y hueso. Y es que la saxofonista trabaja en diferentes vías con las que generar espacios emocionales para compartirlos con el oyente. En este caso, arranca con el uso de la inteligencia artificial y de la máquina, en base a las teorías neurocientíficas de la música. El resultado: Emotional Intelligence Artificial, un proyecto estrenado en el Festival Ensems.
El otro punto fuerte del recital es el sentido que Giner otorga a la composición. Pese a que cada uno de los seis autores que aparecían en el programa firman sus respectivas partes, la solución se fía a una especie de creación colaborativa producto del estrecho contacto entre compositor, que pierde el sentido estricto de la palabra, e intérprete. Así, con las ideas fluyendo en todas direcciones, la obra ya no es generada sólo por el primero ni el segundo es un mero ejecutante o técnico del instrumento. Ambos pasan a un mismo nivel en igualdad de condiciones, sobre todo, teniendo en cuenta que el algoritmo influye en el desenlace.
Todos estos agentes parten de intereses comunes: la exploración de las posibilidades plásticas y comunicativas de la electrónica, la imagen digitalizada y la teatralidad. Un elemento, este último, colindante con el ritual en la sección central de X-elo, como se vio. Además, la teatralidad devino en liturgia en Saint Witch, debido al sentido ceremonial que emana el carácter antifonal de una melodía, tomada de los cantos de los oficios ortodoxos, emitida por la saxofonista y repetida por el ordenador. Esta página supone también la reivindicación de dos mujeres invisibilizadas: los fotogramas, con un claro marchamo surrealista, pertenecen a la ucraniana Maya Deren (1917-1961) y los cantos adaptados al instrumento al tropario de Kassia (810-967), una poetisa y compositora del Imperio Romano de Oriente.
Entre Saint Witch y X-elo, alfa y omega de la sesión, se sucedieron cuatro títulos más: tres estrenos absolutos y una primera interpretación por Giner. Loving with Robots, de Carlos David Perales, contó con la introducción de un androide que glosó algunas ideas propugnadas por científicos y divulgadores como Richard Feynman, Carl Sagan e Isaac Asimov. La composición es un tríptico de unos ocho minutos de duración que relata la evolución de las relaciones entre el hombre y la máquina, simbolizadas en la fusión del sonido analógico del saxo tenor y la voz con la electrónica. Chant es el titulo del primer movimiento. Poem, el segundo, es más contemplativo y, finalmente, Ballade supone un vibrante tú a tú entre lo humano y lo mecánico.