La Fundación Juan March apostaba, como hizo el año pasado con Cendrillon de Pauline Viardot, por la ópera de cámara, en este caso, Fantochines del compositor madrileño Conrado del Campo. Esta ópera estrenada en 1923 en el Teatro de la Comedia, y que no se representaba desde hacía 70 años, nos transporta durante su hora de duración a un ambiente teatrero, con la presencia de títeres, ofreciendo un modo distinto de afrontar una obra lírica. Con una historia digna de cualquier ópera bufa del siglo XVIII, y un estilo musical contemporáneo al tiempo de Conrado del Campo, de fácil escucha y relajado, este curioso, divertido, e inteligente montaje no tardó en enamorar al público de la Fundación.
La puesta en escena verdaderamente respetaba el elemento de los títeres, estableciendo un escenario no muy complejo, con lo justo y necesario para que la trama y la obra se desarrollasen con dinamismo y efecto. Los vestuarios y la escenografía evocaron las características dieciochescas de la trama de manera muy sencilla, vistosa y efectiva. Junto con la pareja que protagoniza esta obra, Doneta (Sonia de Munck) y Lindísimo (Borja Quiza), encontramos influencia del teatro de títeres en la caracterización del personaje de Doña Tía. De nuevo, es de alabar la labor de esta coproducción con el Teatro de la Zarzuela por conseguir conectar a los títeres y cantantes en escena.
Los personajes no tienen una caracterización muy profunda (uno tampoco espera que la tengan en una obra de una hora de duración), sino que tiran de elementos, giros y juegos típicos de la commedia dell'Arte. En este punto hay que destacar la gran facilidad actoral de los cantantes: Sonia de Munck interpretó hábilmente a una Doneta astuta, lista, que en muchos momentos conseguía engañar a Lindísimo, un galán exuberante y chulo, actuado de manera muy cómica por Borja Quiza. Un elemento muy característico de la commedia dell'Arte es el metateatro, la conexión entre la escena y el público, y el teatro dentro del teatro. El barítono Fabio Burritia se encargó de esta conexión interpretando el papel de Titerero, que iba narrando los sucesos, además de poner la voz a Doña Tía.