La crisis de público en los espectáculos de la llamada música culta es un hecho, así como su necesidad de adaptación a los nuevos tiempos. Entre las posibles opciones a barajar para afrontar este problema está la de introducir nuevos formatos de ejecución o difusión de estas obras. Ciertamente, un oratorio barroco cantado en alemán puede resultar, a priori, poco tentador a un público no familiarizado con el género ni el idioma, pero si esa obra se escenifica, puede ganar atractivo tanto para seducir a nuevas audiencias, como para ofrecer una perspectiva distinta a quienes ya la conozcan. La Pasión según San Mateo, que como es sabido narra la Pasión y Muerte de Jesucristo siguiendo el Evangelio, tiene muchos elementos operísticos, por lo que resulta a mi parecer una obra muy apropiada para escenificar.
El concierto del pasado 2 de abril, Jueves Santo, fue fruto de la loable iniciativa de Michael Gieler, solista de la Royal Concertgebouw Orquestra de Ámsterdam, que decidió impulsar un festival dedicado a la obra de Bach integrando músicos holandeses y músicos radicados en Gran Canaria -procedentes del Concertgebouw y la Filarmónica de Gran Canaria respectivamente-, siendo esta versión semiescenificada de La Pasión el concierto más ambicioso de los programados en el bautizado como International Bach Festival Gran Canaria 2015.
Sobre el escenario del auditorio, la orquesta se dividió en dos secciones contrapuestas a derecha e izquierda, al igual que el coro, que se ubicó al fondo. En el centro, tras la orquesta y delante de los coros, se dispuso una mesa con viandas que representa la última cena, en torno a la que se sentaron los solistas, que se iban levantando a medida que intervenían. Todos los intérpretes de riguroso blanco excepto Judas, que apareció de rojo, simbolizando la sangre, la culpabilidad.
Michael Gieler dirigió la orquesta con buen pulso, al principio quizás algo frío y aséptico, resultó más cálido y comunicativo en la segunda parte. Sorprendió el sonido extraído de la orquesta, que no es estable, sino organizada para la ocasión; sobresalió en especial el sonido de las maderas, de tanta importancia en esta obra. La textura sonora estaba más próxima a la de las agrupaciones historicistas que al de una orquesta convencional.