El éxito en recientes temporadas de las óperas de Handel continúa un año más. Tras la programación del año pasado en la escena musical madrileña de varias óperas del compositor germano, este año tienen el turno dos compuestas en el mismo año, 1724: Tamerlano (en versión concierto en el Auditorio Nacional) y Rodelinda (que se estrenará en el coliseo madrileño en marzo del año que viene). Y sin duda alguna, la primera de estas dos óperas serias volvió a conquistar al público madrileño en el ciclo Universo Barroco con un elenco vocal de lujo. Ante un cartel como este, puede ocurrir que la orquesta no reciba tanta atención y pase incluso desapercibida al lado de las voces. No fue así el pasado domingo, cuando la verdadera estrella, los que más aplausos (y merecidos) recibieron fueron el conjunto Il Pomo d'Oro y su director, Maxim Emelyanychev.
Fue magistral la labor del conjunto: una precisión y afinación admirables (tanto en la propia interpretación como en la rapidez después de algunos números). Con relativamente pocos recursos para este repertorio (solo trece instrumentos de cuerda, cuatro de viento, y tan solo un instrumento armónico de continuo, el clave) consiguieron plasmar los diferentes caracteres y afectos de cada aria. La dirección del jovencísimo clavecinista ruso fue minuciosa y muy detallista: la agógica efectista funcionó a la perfección, consiguiendo transmitir estos afectos al público. Esto ayudó al elenco vocal, y sin lugar a dudas, algunas de las arias furiosas del personaje de Bajazet fueron las más emocionantes. A pesar de que en algunos pasajes graves, el tenor, Juan Sancho, encontró ciertas dificultades, en general defendió muy dignamente su papel, con mucha facilidad para las agilidades y una buena dicción del texto. No fue así el caso de Cencic en el papel de Andronico, que no consiguió meterse de lleno en su rol (posiblemente la calidad de las arias de Bajazet sea mayor que las de Andronico), y a quien prácticamente no se le entendió el texto. Sabata se volvió a proclamar como uno de los grandes contratenores del momento, con un gran volumen, timbre agradable y natural, presencia teatral y capacidad actoral en el escenario.