No es algo nuevo que Sudamérica se haya convertido en un lugar en el que se realizan importantes producciones de ópera. Aunque Buenos Aires y Santiago llevan la delantera en la región, otras ciudades como Río, Sao Paulo, Montevideo, Bogotá o Lima han tenido la suerte de recibir a importantes cantantes líricos en producciones de alto nivel internacional. Lima es una de estas ciudades, en la que desde hace varios años y gracias a iniciativas privadas, disfrutamos de eventos que captan la atención internacional.
Desde que el tenor peruano Ernesto Palacio fundó el Festival Internacional de Ópera “Alejandro Granda” (en honor al gran tenor peruano de fama internacional de los años treinta) en Lima se han dado cita importantes artistas consagrados. Juan Diego Flórez ha debutado papeles como el Duque de Mantua, Arnold (Guillaume Tell) o Romeo aquí, y lo hará también con Werther y Alfredo en próximas temporadas. También la joven soprano inglesa Jessica Pratt debutó aquí, en Guillaume Tell, en 2013.
Así es como Pratt vuelve a Lima, para brindarnos una extraordinaria interpretación en la ópera por la que es famosa en los principales teatros de alrededor del mundo: Lucia di Lammermoor de Donizetti, con el que ha triunfado en La Scala, Roma y otras 17 producciones. Pratt es una cantante inteligente que explora con profunidad el bel canto más puro. Aquí dio buena muestra de su bella línea de canto y poderosos sobreagudos, incluso un demoledor fa sobreagudo en el duetto con Raimondo. Sus movimientos en el escanario, así como los bellos piano y el portentoso legato, la hacen brillar en cada escena, especialmente en la la de la locura, en la que desplegó todas sus cualidades cantando como un pájaro.
El joven tenor polaco Arnold Rutkowski fue un Edgardo con vena, y logró mantener el nivel con imponentes agudos y una voz fresca, muy adecuada para el estilo. Destacó especialmente en el sexteto y final del acto II, en el dúo con Enrico y en su gran escena final. El artista que más sorprendió, por su imponente presencia y belleza de timbre, fue el barítono coreano Julian Kim. Posee una línea de canto impecable que recuerda al gran Piero Cappuccilli. Sus agudos son precisos y su inmersión en el rol fue completa.