La Fantástica de Berlioz

La obertura de Les francs-juges se considera la primera pieza orquestal de Hector Berlioz. Insatisfecho con su ópera de juventud, sin embargo, destruyó la mayor parte de la partitura y salvó tan solo —además de la obertura, que Liszt adaptó para piano— materiales que emplearía en la “Marche au supplice” de la Symphonie fantastique. Una composición memorablemente inquietante, en la que la pesadilla convive con el deseo de una belleza perdida o nunca alcanzada.

Las alucinaciones programáticas de aquella sinfonía, que traslada al oyente a una realidad escasamente luminosa o expresable, al mundo de las pasiones o afectos extremados, en los que la imaginación romántica se desata, y casi hace perder pie, brotan de la desesperación de un amante no correspondido. El amor del compositor por la actriz Harriet Smithson —que inspira esta trama— sí que fue, sin embargo, recíproco.

No menos radicado en circunstancias concretas —en un siglo marcado a fuego, dramáticamente, por los conflictos bélicos— es el Concierto para piano para la mano izquierda. Maurice Ravel lo compuso para el pianista Paul Wittgenstein, hermano del célebre filósofo, que había perdido un brazo en la Primera Guerra Mundial. Interpretado por Anna Vínnitskaya en esta ocasión, el concierto contará con la dirección orquestal de Louis Langrée.

Concierto en el marco de la conmemoración de los 150 años del nacimiento de Ricard Viñes i Roda.