El Gran Teatre del Liceu nos ofrece Káťa Kabanová del gran Leoš Janáček, ópera basada en la La tormenta (1859) de Alexander Ostrovsky, ausente de la programación desde la temporada 2001-2002 en el teatro de la Rambla. La propuesta, de las más esperadas de la temporada, representa un soplo de aire fresco y una oportunidad única para gozar de la maravillosa música del genial compositor checo, de su personalidad y originalidad cautivadoras.
La aclamada producción de la English National Opera (estrenada en 2010) sigue vigente a través de la dirección del siempre afín a Janáček David Alden y la fantástica iluminación de Adam Silverman, y sitúa la acción en la misma época en la que se estrenó la obra, hacia 1920. La escena es muy sobria, marcada por las líneas oblicuas y los juegos de sombras sobre todo en el primer acto, rozando el simbolismo y haciendo guiños al teatro expresionista de comienzos de siglo XX. Resultó fantástico también el movimiento actoral que aporta significado.
Káťa Kabanová es una ópera que gira por entero sobre el personaje de una Káťa que se debate entre sus sueños de libertad y la asfixiante presión que ejerce su suegra Marfa y la pequeña ciudad donde vive. Patricia Racette, en uno de sus personajes preferidos, de hecho estrenó en 2010 la producción de Alden en la ENO, conforma una Káťa sin fisuras, compensada y de una inteligencia evidente. La forma cuasi rapsódica de la escritura de Janáček le viene como anillo al dedo y su voz suena convincente en todos los registros, con unos graves generosos y unos agudos que, si bien pierden cierta proyección, logran pasar el cuidado cojín orquestal del maestro checo. Su conexión con el personaje de Boris, su joven amante, fue encomiable; muestra de ello, el fantástico dúo de amor del Acto II “Jste to vy, Katerino Petrovno?”. La Racette brilló también en el monólogo final “Videt se s nim” lleno de contenido dramático. Su actuación fue refrendada por un público que valoró su entrega y conexión total con el personaje.
El Boris del tenor austriaco Nikolai Schukoff es más lírico que dramático, su voz, aunque de timbre no siempre apropiado, consigue conformar un rol que encaja con el de amante de Káťa, víctima también del opresor ambiente que constriñe a la pareja. Gracias a un trabajo actoral excelente salió más que airoso del reto de acompañar a la siempre centrifugadora Káťa, que repele a todo el que se le acerca. Alexander Teliga como Dikój, el tío de Boris, estuvo más cerca del histrionismo que de la entrega vocal, ya que en ocasiones desfallecía en beneficio de la caricatura, en un personaje que, de todas formas, aparece muy ridiculizado en la obra de Ostrovsky.