¿Quién fue el mejor compositor británico del siglo XX? Tanto Elgar como Vaughan Williams reclaman la distinción, especialmente en el reino de la sinfonía, pero para muchos, Benjamin Britten se lleva la palma. Britten tomó un camino muy distinto a sus predecesores en el ámbito de la composición. La música sinfónica no era para él y solo escribió unas pocas obras orquestales. Britten estaba fascinado, de modo obsesivo, por la voz y la gran mayoría de sus obras son canciones, música coral y ópera.
Muchas de esas canciones y óperas fueron escritas para el tenor Peter Pears, el compañero de Britten. Crearon su hogar juntos en Aldeburgh, en Suffolk, la región en la que había nacido Britten. También allí establecieron la English Opera Group, que dio lugar a la creación del Aldeburgh Festival, en funcionamiento a día de hoy. Britten compuso muchas obras para el festival, incluyendo las óperas The Little Sweep, Noye’s Fludde, A Midsummer Night’s Dream, Death in Venice y las tres parábolas litúrgicas. Britten y Pears invitaron también a artistas de primer orden a participar en el festival, tales como Mstislav Rostropovich, Galina Vishnevskaya y Sviatoslav Richter. Britten, además, era muy buen intérprete tanto al piano como en la dirección. En junio de 1976, se le otorgó el título de Lord (no hereditario), siendo el primer compositor con participación en la Cámara de los lores.
Como homosexual que era (ilegal en Reino Unido la mayor parte de su vida) y pacifista, es posible que Britten se sintiera incomprendido. En su música hay mucha tristeza y oscuridad –retratado en las torturadas figuras de sus óperas, en sus canciones y en la música de cámara. “Es cruel, sabes, que la música sea tan hermosa”, escribió a un amigo en 1937. “Tiene la belleza de la soledad y el dolor: de la fuerza y la libertad. La belleza de la decepción y del amor nunca satisfecho. La belleza cruel de la naturaleza y la eterna belleza de la monotonía”.
Otro genial compositor-director del siglo XX, Leonard Bernstein, escuchó ese dolor también. En la introducción al documental de Tony Palmer, A Time there Was, Bernstein dice:
“Ben Britten era un hombre que no encontraba su sitio. Es curioso, porque en la superficie, la música de Britten parecería positiva, encantadora… pero es mucho más que eso. Cuando escuchas la música de Britten –si la escuchas de verdad, no solo oírla superficialmente– te das cuenta de algo oscuro. Hay engranajes que están chirriando y que no están encajando, y producen mucho dolor. Era una época difícil y solitaria. Sí, era un hombre en conflicto con el mundo en distintos aspectos… y no lo mostraba”
1Peter Grimes
El estreno de Peter Grimes en Sadler’s Wells en 1945 fue una gran ocasión, que dio lugar a un renacimiento operístico británico. La historia de un pescador inadaptado está basada en una parte del largo poema narrativo de George Crabbe The Borough, un pequeño pueblo ficticio, pero que recuerda mucho a Aleburgh, el hogar de Britten. Tras la muerte de su aprendiz (en “circunstancias accidentales”) Grimes contrata a otro muchacho, el cual sufre las misma fatalidad, y es entonces cuando la gente se vuelve agriamente contra él. En “Now the Great Bear and Pleiades”, el rudo pescador muestra un lado poético y trascendental.
La sobresaliente partitura de Britten también contiene cuatro interludios que retratan el mar de manera evocativa en sus diferentes estadios, y que se han convertido en piezas de concierto habituales.
2Serenade for tenor, horn and strings
El ciclo de canciones más famoso de Britten fue escrito para Peter Pears y el gran trompista Dennis Brain. Compuesto al mismo tiempo que trabajaba en Peter Grimes, utiliza poemas ingleses de temática nocturna –desde sombras pastoriles que se alargan o lejanas llamadas de bugle, hasta temas más siniestros en relación la muerte y la descomposición. El ciclo abre y cierra con un solo de trompa que toca un prólogo y, fuera del escenario, un distante epílogo.
3Cuarteto de cuerda núm. 2 en do mayor
El Cuarteto de cuerda en do mayor fue compuesto en 1945, tras el gran éxito de Peter Grimes, que fue aclamada como la ópera inglesa más importante desde Dido y Aeneas. En este cuarteto de cuerda, Britten rinde homenaje al genio de Henry Purcell. El estreno tuvo lugar en 1945 en un concierto en el que se conmemoraba el 250 aniversario de la muerte de Purcell. El movimiento final le dio el el título, al modo purcelliano, de “Chacony” y es un conjunto de 21 variaciones. A Britten le gustaba mucho la técnica de tema y variaciones, la cual también emplea en el primer largo movimiento, mientras que el breve Scherzo tiene un feroz regusto que recuerda a Shostakovich.
4War Requiem
La Catedral de Coventry quedó destruida en un intenso bombardeo durante el Blitz. Britten compuso el War Requiem para la consagración de la nueva catedral en 1962. Entrelaza la misa de requiem latina tradicional, con una soprano solista, con poemas de Wilfred Owen, que murió en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, solo una semana antes del armisticio. Los textos de Owen resultan conmovedores en las voces de dos soldados de bandos opuestos –Britten seleccionó un tenor inglés (Pears) y un barítono alemán (Dietrich Fischer-Dieskau).