En conmemoración por el centenario de Leonard Bernstein, la compañía SOMProduce estrenó el año pasado en Madrid una versión del mítico musical West Side Story. Feliz iniciativa a la luz de los resultados. En estos momentos se encuentra en una gira que ha comenzado en las Islas Canarias y que la llevará por muchos lugares de España. ¿Qué nos ofrece esta producción, teniendo en cuenta algunas referencias como la película de 1961 o la grabación de Bernstein para la Deutsche Grammophon? Pues el estreno en España de la versión original de 1957, con todos los textos en castellano. La traducción ha sido hecha con buen gusto y sin disturbar el fluir de la música. Al mismo tiempo, se perciben en los textos hablados algunos guiños a la situación en la España de hoy. Se tratan de forma peculiar temas como la inmigración y se utilizan algunos coloquialismos que conectan plenamente con el público.
Magníficos los decorados, la iluminación y la utilización del escenario, aprovechando todo lo posible las condiciones disponibles en el Auditorio. No menos importante fue el vestuario, variado y lleno de colorido. La impresión que se tenía es la de encontrarse en medio del Nueva York de los años cincuenta, tanto en las escenas callejeras como en el interior de las casas, los bares y lugares diversos. La ambientación estuvo muy lograda.
Los textos hablados tuvieron actuaciones de alto nivel, pudiéndose destacar el personalísimo Teniente Schrank de Armando Pita, el gracioso Glad Hand de Diego Molero, el dramático Doc de Enrique R. del Portal o la variada Pauline de Joana Quesada. Los bailes fueron excepcionales, muy bien cuidados y plenamente satisfactorios, con momentos inolvidables desde el comienzo de la obra. El baile en el gimnasio y el quinteto fueron algunos de los especialmente memorables.