Grandes eran las expectativas ante un programa poderoso, con una gran orquesta y con una solista joven y talentosa. Era una tarde homenaje a la creación de Jean Sibelius desde tres puntos distintos de su etapa compositiva. La Philharmonia Orchestra se presentaba esta vez a las órdenes del director honorífico Vladimir Ashkenazy, y con la violinista japonesa Akiko Suwanai, sin embargo, la orquesta londinense no dio todo su potencial, como cuando vino la pasada temporada de Ibermúsica, aquella vez en manos de Esa-Pekka Salonen.
Ya comenzó precipitadamente el concierto al salir el director ruso y, sin ninguna vacilación, arrancarse a dirigir Finlandia con unos metales un poco atravesados. Este poema sinfónico, representante del estilo inicial del compositor y con amplio cariz nacionalista, utiliza materiales de fanfarria y de himnos que tanto remedan al clima convulso en el que fue estrenada. En este caso la plantilla –tímbricamente correcta– se descompensó hacia el grave en la cuerda por el excesivo número de contrabajos y chelos (ocho y diez, respectivamente). Como consecuencia del volumen de esta sección, además de la fuerte presencia del metal y los timbales, la madera quedó deslucida y oculta bajo un velo desequilibrado en los tutti.
La mala recepción del estreno del Concierto para violín Op. 47, dirigida por el mismo Sibelius en Helsinki en 1903, tuvo que ver con el excesivo virtuosismo difícilmente asumible por Victor Novacek, solista de aquel concierto. Suwanai, sin embargo, afrontó la obra con una técnica impecable en los pasajes complejos y virtuosísticos, pero no estuvo muy en sintonía con una orquesta desajustada en entradas. Hubo además algunos despistes en la afinación de los armónicos del instrumento –a pesar del bello timbre del Stradivarius "Delfin" de 1714 que la solista portaba–, con lo que la versión de este concierto quedó algo alejada de la perfección. No obstante, escuchamos algunos momentos brillantes durante las secciones polifónicas del instrumento solista: parecía como si de un órgano se tratara, cuidando una polifonía centenaria de un compositor ampliamente versátil.