La NDR Radiophilharmonie, con sede en la ciudad alemana de Hannover, viene precedida por sus 75 años de historia, repletos de grandes éxitos y un repertorio amplísimo, a lo que en esta función ofrecida en el Auditorio de Tenerife con ocasión de la edición 41 del Festival Internacional de Música de Canarias, añade el aliciente de la dirección del recientemente nombrado titular, el maestro ruso Stanislav Kochanovsky. Dada su procedencia no resulta extraña la elección del programa ofertado, compuesto por dos obras maestras del repertorio de su país: el Concierto para piano núm. 3 de Rajmáninov con el solista uzbeko Behzod Abduraimov y la Sexta sinfonía de Chaikovski.
La primera parte del programa la ocupó el bellísimo concierto de Rajmáninov, considerado unánimemente como de los de más difícil interpretación de todo el repertorio. De hecho, hubo de ser estrenado, ya en su exilio estadounidense, por el propio compositor ante la negativa de varios laureados pianistas a emprender tal tarea. Ello da fe de las exigencias técnicas que se requieren del solista al teclado, en este caso fue el joven Abduraimov, artista de un merecido y temprano prestigio, quien correspondió con una sobresaliente actuación, plena de virtuosismo y pasión. Y son estos dos ingredientes los que no pueden faltar en cualquier interpretación de esta joya musical, junto al lirismo de sus continuas melodías. El solista insistió, con gran seguridad, en lo poético regalando un primer movimiento, Allegro ma non tanto, de primer orden, adornado con la cadenza larga escrita por el autor, de gran dificultad técnica y resuelta de manera brillante. A este buen comienzo sucedió el Adagio, pleno de reminiscencias eslavas resaltadas sabiamente tanto por el piano como por la certera dirección del maestro Kochanovsky. Continuaron sin pausa hasta el Finale, donde se reexponen varias melodías utilizadas en el primer movimiento, ejecutadas en esta velada con gran vigor y sonoridad y que en suma cabe calificar de forma excelente.