Uwe-Eric Laufenberg siedelt seine neue Inszenierung von Wagners letzter Oper bei den verfolgten Christen des modernen Mittleren Ostens an - doch vermeidet die Predigt.
Precedida por una gran atención mediática, el templo wagneriano estrena producción de su obra más propia. Un propuesta en la que destacan las voces y que resulta superficial a pesar de sus ambiciones.