Verdi, antes del estreno de Otello (1887), había barajado la posibilidad de llamarla Iago, ya que el antagonista maléfico de la trama supera en momentos al propio "moro de Venecia". Pues bien, ni el uno ni el otro lideraron el estreno liceístico de la producción de Andreas Kriegenburg, fue Desdemona la que mereció llevarse el título de la ópera. Y eso no puede ser muy buena señal.
José Cura, que sustituía por motivos personales a Aleksander Antonenko, cumplía una década de su anterior Otello en Barcelona. Desafortunadamente su voz ha perdido proyección y su timbre se muestra un tanto engolado y estentóreo por momentos, además de que su interpretación actoral tampoco fue muy convincente. Ni en el "Dio mi potevi scagliar" del tercer acto ni en el desesperado "Niun mi tema" de la escena final vimos la contradictoria grandeza que desprende el personaje de Shakespeare. La puesta en escena y la dramaturgia tampoco le ayudaron a construir un mejor rol.
Y si Otello no estuvo todo lo brillante que se esperaba, tampoco Marco Vratogna fue el Iago maquiavélico y nihilista que debería. Con unos graves de timbre adecuado pero de escasa proyección para un teatro de las dimensiones del Liceo, su "Credo in un Dio crudel" fue simplemente correcto, en una de las páginas capitales del repertorio para barítono, se dejó llevar por el ambiente un tanto anodino que desprendía la velada.
Muy satisfactorio fue en cambio el debut de la soprano albanesa Ermonela Jaho como Desdemona, con un bonito timbre de soprano spinto cercana en momentos a drammatica, y una expresividad interpretativa, tanto a nivel musical como actoral, que configuró un personaje de raza, alejado de la visión de la Desdemona sin nervio y sumisa que se puede ver en muchas producciones. En las escenas de "dormitorio" donde la caja escénica se reducía, se pudo apreciar más su delicada interpretación, sobre todo en la famosa "Canción del sauce" y en el "Ave Maria", dos momentos que sumaron los 15 minutos de mayor excelencia musical de la noche, además Jaho también estuvo acertada en las escenas con Otello. El público le rindió una gran ovación en agradecimiento a una actuación que fue sin duda la que mereció mayor premio. Una joven soprano a tener en cuenta para el futuro próximo, sin duda.