The Fairy Queen

Donde habitan las hadas

The Fairy Queen no es una ópera. Es una masque, y a mucha honra. El éxito de la ópera italiana se llevó por delante otras formas autóctonas de teatro lírico. Pero aún hubo tiempo para que los diferentes modelos convivieran, antes de que el formato italiano se impusiera en el gusto del público.

Tanto o más que el canto, en una masque importan el baile, la pantomima y el declamado: además de un sinnúmero de cantantes y danzarines, la obra prescribía en su estreno 16 papeles hablados. Aquí los personajes principales no tienen arias con las que lucirse. El libreto sobre el que se basa Henry Purcell reescribe el original shakespeariano para recrearse en lo fantástico. Las hadas nos invitan a su mundo.

El efecto de este híbrido teatral es un continuo e irresistible hechizo del que Les Arts Florissants tienen la llave. La banda de William Christie, hoy con Paul Agnew al frente, lleva décadas guiando al público por los vericuetos de este bosque encantado hecho de amor, poesía y buen humor, que, por vez primera, alza el telón en el Maestranza. La danza urbana de Mourad Merzouki, referencia del mundo hip-hop (recordemos su Pixel de 2023) aporta a esta fiesta barroca algo más que una coreografía: el diálogo constante con bailarines y músicos, presentes en escena, multiplica la magia y la alegría.