La Grande de Schubert

La Sinfonía “Haffner” de Mozart es una obra dinámica, con los pertinentes toques galantes, pero especialmente expansiva en los movimientos extremos, rotulados allegro con spirito y presto. La gestión de la energía, en fascinante transformación, alcanzará en la sinfonía programada en la segunda parte una enorme dimensión, como ratifica su apelativo póstumo. La Novena de Schubert, terminada en 1826, pero nunca interpretada en vida del compositor, es una obra superlativa, tanto en extensión como por la cantidad de recursos orquestales que son convocados. En el finale se atreve incluso a enunciar a modo de homenaje -de forma discreta pero evidente- el tema de la otra gran Novena, completada por Beethoven solo un par de años antes. Entre dos obras sinfónicas de altura, podrá descubrirse el concierto para violín de un compositor que Igor Stravinsky no dudó en elogiar. Una pieza que no pierde de vista las grandes contribuciones al género, pero que se afirma con un lenguaje propio, y que nos interpretará en esta ocasión Sergei Dogadin, con el director Juanjo Mena al frente de la OBC.