Un año más es Navidad –incluso en tiempos de covid– y como es costumbre se multiplican los conciertos con determinadas obras, a menudo incluso repitiéndolas en cuestión de días en los mismos espacios, aunque con distintas formaciones. La Orquesta y Coro Nacionales no quisieron ser excepción y nos brindaron la primera parte del Oratorio de Navidad de Bach, obra de ocasión del maestro de Leipzig de extraordinaria belleza y fuerza. Así que bien vale la proximidad navideña para escuchar una versión más de estas cantatas.

David Afkham al frente de la Orquesta Nacional de España © OCNE
David Afkham al frente de la Orquesta Nacional de España
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En primer lugar, en relación con el enfoque global, podríamos afirmar que la visión de Afkham no fue propiamente lo que hoy denominamos una interpretación históricamente informada. Las trompetas, por ejemplo, fueron instrumentos modernos (al contrario de los timbales), mientras que el conjunto fue lo bastante nutrido como para alejarse de una sonoridad íntima, prefiriendo apostar por la robustez y la redondez. Sin llegar a excesos, el empaste tímbrico se mantuvo en un equilibrio tendiente al de una orquesta contemporánea, si bien cuidando siempre el entramado polifónico y sin recargar con superposiciones las capas sonoras. El coro estuvo bien integrado entre sí y con el conjunto instrumental, bien preparado por su director Miguel Ángel García Cañamero, y atento a las indicaciones de Afkham. Transmitió un sonido cálido, por lo general bien afinado, y dio impulso a los momentos más brillantes, tanto en los regocijantes coros como en los más meditados corales.

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Integrantes del Coro Nacional de España
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El reparto de solistas cumplió correctamente con su parte, si bien con algunas diferencias en cuanto a su intensidad y características. El tenor Mauro Peter tiene una voz ágil, expresiva especialmente en los recitativos, bien resueltos y fluidos, aunque algo ligera y de escaso caudal, lo cual se notó en las arias como "Frohe Hirten, eilt, ach eilet" de la Cantata II. La alto Catriona Morison posee una voz bella, con un empaste y afinación constantes y destacables por su dulzura y calidez. Tal vez lo que le faltó es algo de potencia y un poco de expresividad, por ejemplo, en el aria "Schlafe, mein Liebster", aunque ya en la última cantata brilló especialmente en el aria "Schließe, mein Herze, dies selige Wunder". Alicia Amo es una soprano expresiva que aprovechó las pocas intervenciones que le corresponden en la obra para integrar bien el reparto, destacando en el dúo con el bajo en la Cantata III. Éste, el alemán Michael Nagy, se impuso con una voz firme, de raíces profundas, y buena presencia escénica, si bien en las primeras intervenciones su voz estuvo algo trabada, mejoró con la evolución de la velada.

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Coro y Orquesta Nacionales, solistas y directores saludan al final del concierto
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La dirección fue comedida, de gesto sobrio y tiempos sosegados y cada sección orquestal cumplió con su cometido con disciplina y buen gusto: desde las cristalinas combinaciones tímbricas de la madera a la solidez de la cuerda, pasando por el discreto protagonismo del bajo continuo, el resultado fue sin duda de buen nivel, aun sin tratarse de una formación especializada en este tipo de repertorio. Con este concierto, Afkham añade una pieza más en el repertorio de la Orquesta y Coro Nacionales. Resolvió con crédito y personalidad el enfoque global y compensó aquellas decisiones que podrían alejarse de la tendencia historicista con atención a los detalles, a las sonoridades y recreando una atmosfera de calma y serenidad. Saludamos con Bach este 2021, esperando el año venidero con los mejores augurios, al menos musicales. 

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