Live, Video: Kritiken zu klassischen Konzerten, Opern, Ballett und Tanz finden | Mexico City

La Orquesta Sinfónica de Minería con Lina González-Granados y J'Nai Bridges interpretó obras de Revueltas, Lieberson y Músorgski.

Bryn Terfel hizo su debut en México con una noche de Wagner y una selección de arias y canciones diversas.

Mario Monroy dirigió la Camerata Opus 11 en una Resurección que brilló tanto como conmovió.

Ludwig Carrasco dirigió la Orquesta Sinfónica Nacional en obras mexicanas y una interpretación de la Quinta sinfonía de Mahler.

Rodrigo Macías y la Orquesta Sinfónica del Estado de México se unieron al Coro Gradus ad Parnassum para una velada con obras tardías de Bruckner.

El belga David Reiland dirigió a la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México y al pianista mexicano-español Santiago Piñeirúa en un concierto de Mozart y Berlioz.

El director huésped Ludwig Carrasco dirigió la Orquesta Filarmónica de la UNAM en un programa que abarcó todo el periodo romántico, culminando en una interpretación apasionada de la Cuarta sinfonía de Bruckner.

Katharina Wincor manejó las fuerzas orquestales de la Orquesta Filarmónica de la UNAM en una interpretación sólida y memorable de la Séptima sinfonía de Bruckner.

Algunos momentos memorables destacaron en una interpretación de la Missa solemnis de Beethoven a la que por otra parte faltó expresividad y direccionalidad.

Enrique Diemecke dirigió con maestría Ángeles de llama y hielo de Ana Lara y la Quinta sinfonía de Gustav Mahler en uno de los últimos conciertos de la temporada de la UNAM.

Un Adagio especialmente vehemente cerró una idiomática interpretación de la Novena sinfonía de Mahler con Sylvain Gasançon al frente de la Orquesta Filarmónica de la UNAM.

El flautista Abraham Sáenz mostró brillantez en el Concierto pastoral de Joaquín Rodrigo y Sylvain Gasançon interpretó Berg y Mahler con una sensibilidad idiomática.

La OSN, bajo la dirección de Ludwig Carrasco, rindió homenaje al fallecido Javier Álvarez con la interpretación de su Ceiba de luz y sombra y la Novena sinfonía de Beethoven.

Los músicos de la Filarmónica Ciudad de México brillaron en la intepretación del Octava de Bruckner bajo una vigorosa dirección de Scott Yoo. 

Un Concierto para violín de Stravinsky vibrante y una Cuarta sinfonía de Bruckner enérgica con Nana Babayeva y la OSEM.

Carlos Miguel Prieto y la Orquesta Sinfónica de Minería juntan fuerzas con coro y solistas para tocar una Resurrección de Mahler apasionada.

Sylvain Gasançon dirigió la OFUNAM en El anillo sin palabras con algunos momentos fantásticos, pero a falta de una construcción arquitectónica sólida.

Rodrigo Macías González y el Dúo Gerwig & González interpretaron Mozart y Mahler con la Orquesta Sinfónica del Estado de México.

La Orquesta Filamónica de Jalisco, en su visita al Palacio de Bellas Artes, ofreció una apasionada interpretación de la última sinfonía completa de Mahler.

La Orquesta Sinfónica Nacional de México ofreció una competente versión de la poco frecuente Tercera sinfonía de Bruckner precedida, para lucimiento de cuatro estupendos solistas, de una Sinfonía concertante de Mozart.

Ludwig Carrasco dirigió la Orquesta Filarmónica de la UNAM en una breve obra de Valentyn Sylvestrov seguida de una apasionada interpretación de la Sinfonía Leningrado de Shostakovich.

Tras Urbano de Marcela Rodríguez, Scott Yoo dirigió a la OFCM en una interpretación de las Canciones de Wesendonck de Wagner con Sarah Traubel, seguida de una apasionada interpretación de la última sinfonía de Brahms.

Con un programa que abarcó casi quinientos años de música, los metales y percusiones de la OFCM mostraron su versatilidad ante un repertorio heterogéno.

La directora huésped Julia Cruz estrenó de De la alquimia el resplandor de Georgina Derbez junto con Alberto Rosado, seguido con la clásica Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvořák.

Ludwig Carrasco dirigió la Orquesta Sinfónica Nacional de México en dos obras mexicanas y la última sinfonía de Chaikovski.

Judith Jáuregui, Enrique Diemecke y la OFUNAM reunieron dos obras de gran formato en un concierto deslumbrante y lleno de emoción.

El Cuarteto Latinoamericano comparte escenario con la Orquesta Sinfónica Nacional en una cuidada interpretación de la obra de Orbón y con Ludwig Carrasco al frente de las agrupaciones. Orquesta y director dominaron la suite de Romeo y Julieta para concluir una velada cuyo comienzo, con Wagner, fue algo opaco.

Un virtuoso estreno en México de Fractalis, de Gabriela Ortiz, fue seguido por una Cuarta sinfonía de Brahms con problemas de balance y tempo.

Scott Yoo dirigió la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México en una apasionada interpretación de la Octava sinfonía de Bruckner sondeando las profundidades de la obra.

La Orquesta Filarmónica de la UNAM conmemora la Masacre de Tlatelolco dirigida por Iván Lópe Reynoso.

La directora Jiajing Lai en claro diálogo con la OFUNAM ofreció una visión fresca de un repertorio bien conocido.

En concierto fuera de temporada, la OFUNAM ofreció un programa de experencias sonoras contrastantes, cuyo atractivo principal fue la presencia del Trío Maisky.

En el marco del quincuagésimo aniversario del movimiento estudiantil del 68, la OFUNAM nos ofreció un programa cuidadosamente elegido, con tres obras que pasaron de la explícita conmemoración de lo sucedido el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco a una reflexión optimista sobre la permanencia de la vida, y de la música, a pesar de la muerte y las atrocidades humanas.

La Sinfónica Nacional se unió al festejo del 100 aniversario del nacimiento de Leonard Bernstein, ofreciéndonos un programa con una selección de sus obras, con la interesante excepción de La pregunta sin respuesta, de Charles Ives. 

Con instrumentos barrocos invitados, la OFUNAM nos ofreció su versión de la Pasión según San Juan explorando posibilidades y combinando elementos de la interpretación históricamente informada con los recursos propios de la Filarmónica. Como resultado, disfrutamos de una versión interesante y coherente bajo la atenta dirección de Massimo Quarta.

Cuando en un programa aparece la leyenda “estreno mundial”, la expectativa de la novedad hace de esa obra el atractivo principal. Precisamente eso pasó este viernes en Bellas Artes: la Sinfónica Nacional nos ofreció el estreno de la versión definitiva del Concierto-son para flauta y orquesta del célebre compositor mexicano Arturo Márquez. 

La Orquesta Sinfónica Nacional nos ofreció el tercer concierto para piano de Beethoven, con Anne-Marie McDermott como solista invitada, y en la segunda mitad el impactante y muy operístico Stabat Mater de Rossini.

Miembros de la OSN, solistas invitados, un gran coro, muchas percusiones, micrófonos, capoeira, bailarín... dieron vida a la La pasión según San Marcos del compositor argentino Osvaldo Golijov.

La Sinfónica Nacional nos ofreció un programa completamente dedicado a Brahms con una selección de obras sinfónicas y corales.

En enero de este año, después de varias temporadas sin director, la Filarmónica de la UNAM nombró director artístico al violinista Massimo Quarta. En este concierto, el tercero de los cuatro que dirige en  su primera temporada como titular, nos ofreció el concierto para violín de Beethoven en el doble papel de solista y director, y la monumental novena sinfonía de Schubert.

Con el Réquiem de Brahms como único número del programa, la Filarmónica de la Ciudad de México nos convocó a esta casi laica meditación sobre la muerte.

Para este programa, la Filarmónica de la Ciudad de México nos recibió con una orquesta de cuerdas muy reducida y un clavecín que dividía el semicírculo en dos partes iguales. Como estaba anunciado, Scott Yoo, director artístico de la Filarmónica, se bajó del podio y se incorporó a la orquesta como violín principal y solista. 

Es importante que se programe música mexicana y latinoamericana. Nosotros mismos conocemos poco nuestro repertorio y sólo incluyéndolo regularmente en las temporadas de conciertos podremos darle vida y acercarnos a él, y eso además propicia una sana diversidad musical. En este concierto la OFUNAM contribuyó a ese propósito.

El Instituto Nacional de Bellas Artes cumplió setenta años. Para celebrarlo, la Orquesta Sinfónica Nacional, una de sus principales agrupaciones, preparó un programa que tuvo como número principal la cantata Dona nobis pacem de Vaughan Williams.

La noche del 18 de noviembre, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, de visita en Bellas Artes, nos ofreció el estreno mundial de la suite sinfónica Xpu Ha: Donde nace el agua.

La Filarmónica de la Ciudad de México nos convocó al concierto Canciones de Wesendonck. Como el título lo revela, esta obra de Wagner fue el número central, y estuvo muy bien enmarcada por el Capricho español de Rimsky-Korsakov y Muerte y transfiguración de Richard Strauss: interesante programa con un cuidado guion dramático que fue de lo festivo a lo contemplativo.

En este primer programa, la OFUANM nos ofreció las dos primeras sinfonías de Beethoven, bajo la batuta del reconocido director Jorge Mester, separadas por el primer concierto para clarinete de Weber, con Manuel Hernández, clarinete principal de la filarmónica, como solista.

La OSN nos ofreció un programa con cierto aire oriental. Como primer número tuvimos The WAVE impressions, concierto para marimba y orquesta de Keiko Abe, compositora y marimbista japonesa, y en la segunda parte la muy conocida suite orquestal Scheherazade de Rimski-Korsakov.

Dos músicos de gran talento participaron como solistas de la OFUNAM: Bryan Fernando Flores, en la marimba, y Ulises Miranda, en la tuba. 

Con David Greilsammer como invitado doble, director y pianista, la OSN nos ofreció un programa cien por cien Mozart, una interesante propuesta que combinó elementos de la tradición con algunas referencias a la interpretación histórica y un toque contemporáneo.