Tras una temporada carente de director estable, pero no exenta de sobresalientes momentos musicales, la Sinfónica de Tenerife acoge al asturiano Pablo González, de reconocida trayectoria tras su paso por la Orquesta Sinfónica RTVE y la de Barcelona i Nacional de Catalunya, entre otras, donde dejó una notable impronta de pasión y novedosas iniciativas artísticas. Su colaboración con el conjunto insular no puede nacer bajo mejores augurios, y tenemos que reconocer que se han cumplido sobradamente.
Su presentación se resumió en la interpretación de dos únicas obras, comenzando por la Rapsodia sobre un tema de Paganini, op. 35, de Rajmáninov perteneciente al repertorio eslavo muy afín a la debutante batuta, con la participación al piano del laureado Juan Floristán. La partitura en cuestión no deja ser una reexposición de un tema de seis notas de los caprichos para violín de Paganini, en este caso a cargo del teclado, que reúne unas exigencias técnicas de primer orden y de la que siempre se pone de referencia la grabación discográfica del propio autor, a su vez, un excelente pianista. El solista logró el academicismo y pulcritud que adornan las brillantes sonoridades de la pieza, plena de cadencias que resonaron con gran brillantez en la sala, ello aderezado con un coordinado acompañamiento orquestal. Todo un ejercicio de virtuosismo agradecido profusamente por el numeroso público y que mereció, tras unas palabras de agradecimiento del pianista, la interpretación del Preludio de Debussy “La niña de cabellos rubios”, ejecutada asimismo con gran delicadeza y profundo intimismo.
Tras la oportuna pausa, Mahler inundó la sala del auditorio tinerfeño con su trabajada (y retocada a lo largo de más de quince años) Sinfonía núm. 1, “Titán”. Plena de momentos tan emotivos como espectaculares, es una antesala de su posterior producción, con un marcado carácter ecléctico que funde elementos populares, fúnebres, marciales, intimistas… Si bien estructurada en los clásicos cuatro movimientos, nada en Mahler es previsible, pues sus creaciones se alejan de lo contemporáneo tanto en forma como en fondo. De ahí el tema elegido para esta velada: Titanes visionarios.